viernes, 29 de noviembre de 2013

MEDITACIONES, DE RENÉ DESCARTÉS










Meditaciones es una obra filosófica que busca establecer las bases del conocimiento humano mediante el uso de la razón y la duda metódica. El autor, René Descartes, presenta sus argumentos en forma de seis meditaciones, en las que reflexiona sobre diversos temas como la existencia de Dios, la naturaleza del alma y la relación entre el cuerpo y la mente.

En la primera meditación, Descartes expone la necesidad de poner en duda todo lo que ha aprendido a través de los sentidos y las opiniones previas, con el fin de encontrar una verdad indudable que sirva de fundamento para el conocimiento. Para ello, imagina que podría estar siendo engañado por un genio maligno que controla sus pensamientos y percepciones.

En la segunda meditación, Descartes concluye que, aunque pueda dudar de todo lo demás, no puede dudar de su propia existencia como ser pensante. Esta es la famosa frase "pienso, luego existo". Descartes define al hombre como una sustancia pensante, inmaterial e independiente de lo sensible.

En la tercera meditación, Descartes se propone demostrar la existencia de Dios a partir de la idea que tiene de él como un ser perfecto. Descartes argumenta que esa idea no puede proceder de sí mismo, sino que debe tener su causa en una realidad más perfecta que él, es decir, Dios. Además, afirma que Dios no puede ser engañoso, ya que el engaño implica una imperfección.

En la cuarta meditación, Descartes analiza el origen del error humano. Descartes sostiene que el error no proviene de Dios ni del intelecto, sino de la voluntad, que puede asentir a lo que no se conoce clara y distintamente. Por tanto, el error es evitable si se sigue la regla de no juzgar nada sin evidencia.

En la quinta meditación, Descartes vuelve a demostrar la existencia de Dios desde otro ángulo. Descartes afirma que la idea de Dios es innata en él y que contiene la noción de su existencia necesaria. Así como no se puede concebir un triángulo sin tres ángulos, tampoco se puede concebir a Dios sin existencia.

En la sexta meditación, Descartes aborda el problema de la distinción y unión entre el cuerpo y el alma. Descartes defiende el dualismo cartesiano, según el cual el cuerpo es una sustancia extensa no pensante y el alma es una sustancia pensante no extensa. Sin embargo, reconoce que hay una interacción entre ambos a través de la glándula pineal. Descartes también ofrece argumentos para probar la existencia real de los cuerpos exteriores y su conocimiento a través del intelecto y los sentidos.

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