lunes, 16 de diciembre de 2013

EL LUGAR DE NACIMIENTO, DE HENRY JAMES









Morris y Mary Gedge son un matrimonio que trabaja como profesores en una pequeña escuela privada en el norte de Inglaterra. Un día reciben una oferta inesperada de su antiguo alumno y amigo, el señor Grant-Jackson, que les propone ocupar el puesto de custodios del lugar de nacimiento de un famoso escritor, que se ha convertido en un museo y un lugar de peregrinación para los admiradores de su obra. Los Gedge aceptan la oferta, ilusionados por cambiar de vida y por vivir en la casa donde nació el genio literario.

Sin embargo, al llegar al lugar, se encuentran con una serie de dificultades y decepciones. La casa es vieja y húmeda, el pueblo es aburrido y hostil, y los visitantes son exigentes y entrometidos. Además, los Gedge descubren que el escritor no nació realmente en esa casa, sino en otra cercana, y que su infancia fue muy diferente a la que se cuenta en las guías y los folletos. El señor Grant-Jackson les pide que guarden el secreto y que sigan con la farsa, para no decepcionar a los turistas ni a los benefactores del museo.

Los Gedge se sienten atrapados en una mentira que les impide ser ellos mismos y expresar sus opiniones. Morris, que es un lector apasionado del escritor, se siente traicionado por la falsedad de su imagen pública. Mary, que es una mujer práctica y sensata, se siente frustrada por la falta de libertad y de intimidad. Ambos empiezan a tener problemas conyugales y a cuestionar su decisión de aceptar el trabajo.

La situación se complica aún más cuando llega al pueblo el hijo del escritor, un hombre mayor y enfermo que quiere ver la casa donde supuestamente nació su padre. Los Gedge tienen que fingir que le reconocen y que le admiran, pero en realidad sienten una profunda antipatía hacia él. El hijo del escritor es arrogante y desagradable, y trata a los Gedge como si fueran sus sirvientes. Además, tiene intención de quedarse en la casa durante un tiempo indefinido, lo que aumenta la incomodidad de los Gedge.

El libro narra con ironía y humor las peripecias de los Gedge en su nuevo empleo, y reflexiona sobre los temas de la identidad, la fama, la literatura y la verdad. Henry James utiliza la técnica del punto de vista para mostrar los pensamientos y sentimientos de los personajes, así como los contrastes entre las apariencias y la realidad. El libro es una sátira de la idolatría hacia los escritores y de la manipulación de su biografía.



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