jueves, 15 de mayo de 2025

DIARIO DE JORGE FOX, por JORGE FOX

  


DIARIO DE JORGE FOX, por JORGE FOX



En el corazón de la Inglaterra del siglo XVII, donde las tormentas religiosas y políticas sacudían los cimientos de la sociedad, nació George Fox en julio de 1624, en el modesto pueblo de Drayton-in-the-Clay, Leicestershire. Hijo de un tejedor, Christopher Fox, conocido por su rectitud, y de Mary Lago, una mujer de profunda fibra espiritual, Fox creció en un entorno humilde pero impregnado de una sensibilidad religiosa que marcaría su destino. Desde niño, mostró una inclinación hacia la introspección y la pureza, cuestionando las prácticas vacías del cristianismo de su tiempo. Sin una educación formal extensa, su ortografía era tosca, pero su mente era un torbellino de ideas revolucionarias. A los diecinueve años, desencantado con la hipocresía religiosa que percibía, emprendió una búsqueda espiritual que lo llevó a desafiar las jerarquías eclesiásticas y políticas. Fundador de la Sociedad Religiosa de Amigos, conocida como los cuáqueros, Fox predicó un cristianismo basado en la experiencia directa de la "luz interior" de Cristo, un mensaje que lo convirtió en una figura tanto venerada como perseguida. Encarcelado múltiples veces, incluso por blasfemia en 1650, su tenacidad y su negativa a someterse a convenciones sociales, como quitarse el sombrero ante autoridades, lo convirtieron en un símbolo de resistencia. Su matrimonio con Margaret Fell en 1669, una viuda influyente y líder cuáquera, fortaleció su misión, que se extendió por Inglaterra, Norteamérica y los Países Bajos. Hasta su muerte en Londres, el 13 de enero de 1691, Fox vivió para transformar el paisaje espiritual de su época, dejando un legado que trasciende siglos.

El Diario de George Fox, publicado póstumamente en 1694 bajo la edición de Thomas Ellwood y William Penn, es mucho más que un relato autobiográfico; es un testimonio vibrante de una vida dedicada a la búsqueda incansable de la verdad espiritual en un mundo fracturado por la intolerancia y el dogma. Escrito con una prosa directa y cargada de pasión, el diario no se limita a narrar los eventos de la vida de Fox, sino que sumerge al lector en el torbellino emocional y espiritual de un hombre que desafió las estructuras de poder de su tiempo. La obra, compilada en gran parte a partir de recuerdos dictados años después de los hechos, comienza con los primeros años de Fox, marcados por una profunda insatisfacción con el cristianismo formalista de la Inglaterra del siglo XVII. A través de sus páginas, el lector asiste a su despertar espiritual, un proceso doloroso pero luminoso que lo lleva a descubrir lo que él llamó la "luz interior", una conexión directa con la divinidad que no requiere intermediarios. El diario detalla sus viajes como predicador disidente, sus enfrentamientos con sacerdotes y magistrados, y los numerosos encarcelamientos que sufrió por su audacia, incluyendo el episodio en 1650 cuando un juez, burlándose de su exhortación a "temblar ante la palabra del Señor", acuñó el término "cuáquero". A pesar de las persecuciones, el texto brilla con momentos de profunda humanidad: Fox describe curaciones, debates teológicos y encuentros con comunidades que abrazaron su mensaje de simplicidad, igualdad y espiritualidad directa. Los primeros tres capítulos, centrados en su juventud y su llamado al ministerio, son un retrato íntimo de un alma en búsqueda, mientras que los posteriores narran su incansable labor para organizar el movimiento cuáquero, desde las tierras inglesas hasta América y Europa. Este diario no es solo un documento histórico; es un canto a la resistencia, una invitación a cuestionar lo establecido y un recordatorio de que la verdad, cuando se vive con autenticidad, puede estremecer al mundo.



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