sábado, 31 de mayo de 2025

DEJAR DE PENSAR, por CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA y SANTIAGO ALBA RICO

  

DEJAR DE PENSAR, por CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA y SANTIAGO ALBA RICO


Carlos Fernández Liria y Santiago Alba Rico: Dos Voces Críticas del Pensamiento Contemporáneo

Carlos Fernández Liria, nacido en Madrid en 1956, es una figura prominente en el panorama filosófico y político español, reconocido por su agudeza crítica y su compromiso inquebrantable con el pensamiento radical. Catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, su trayectoria académica ha estado siempre ligada a una incisiva labor de denuncia de las imposturas ideológicas del presente. Su obra, vasta y profunda, abarca desde la crítica de la razón capitalista hasta el análisis de la educación, la democracia y los medios de comunicación. Su estilo, a menudo provocador y siempre riguroso, le ha valido el respeto y la admiración de una amplia audiencia.

Santiago Alba Rico, por su parte, nacido también en Madrid en 1960, es un ensayista, filósofo y traductor de singular erudición, cuya vida y obra se han desarrollado en un constante diálogo con las realidades del mundo árabe, donde ha residido durante décadas. Su pensamiento se caracteriza por una mirada lúcida y a menudo poética sobre la globalización, el consumo, la identidad y las complejidades de la modernidad. Dotado de una prosa rica y evocadora, Alba Rico ha sabido combinar el análisis filosófico con una profunda sensibilidad humanista, convirtiéndose en una de las voces más originales y lúcidas del pensamiento contemporáneo en lengua española. Juntos, Fernández Liria y Alba Rico han colaborado en diversas ocasiones, tejiendo una red de ideas que, si bien mantienen la individualidad de cada autor, se complementan y potencian en una sinfonía de crítica y reflexión. Su trabajo conjunto es un testimonio de la fuerza del diálogo y la capacidad del pensamiento para cuestionar lo establecido y abrir nuevas vías de comprensión.


Dejar de Pensar: Un Provocador Viaje a las Raíces de la Ideología Neoliberal

Dejar de Pensar, la incisiva obra conjunta de Carlos Fernández Liria y Santiago Alba Rico, no es un mero título; es una declaración de intenciones, un grito de alerta en medio del estruendo ideológico que nos envuelve. Publicado en 2006, este libro se erige como un manual de autodefensa intelectual, una cartografía crítica de las estrategias mediante las cuales el neoliberalismo ha logrado colonizar nuestras mentes, silenciando la capacidad de juicio y adormeciendo la conciencia crítica. Lejos de ser un tratado académico árido, la obra se presenta como un diálogo vibrante y apasionado, una invitación a despertar del letargo impuesto por el pensamiento único.

El corazón de Dejar de Pensar late en su audaz tesis: la existencia de una guerra ideológica en la que el neoliberalismo no solo ha logrado imponer su hegemonía económica, sino que ha conseguido, de forma mucho más sutil y perniciosa, desactivar la capacidad de pensar críticamente en amplios sectores de la población. Los autores desentrañan las herramientas y los mecanismos de esta "guerra": la manipulación del lenguaje, que vacía de contenido conceptos fundamentales como "libertad" o "democracia" para rellenarlos con significados afines a los intereses del capital; la reducción del conocimiento a la mera información técnica, despojándolo de su dimensión ética y política; la promoción de un individualismo extremo que atomiza la sociedad y anula cualquier atisbo de solidaridad o acción colectiva; y, de forma central, la colonización de la universidad y los medios de comunicación, convertidos en correas de transmisión de una ideología que se presenta como la única verdad posible.

Con una prosa que combina la mordacidad de la sátira con la profundidad del análisis filosófico, Fernández Liria y Alba Rico nos guían a través de un laberinto de falsedades y simplificaciones, desmontando mitos como la supuesta "neutralidad" del mercado o la inevitabilidad de la globalización tal como la conocemos. Uno de los aspectos más reveladores del libro es su análisis de cómo la industria cultural y el consumo juegan un papel crucial en este proceso de "dejar de pensar". Nos muestran cómo la constante sobrecarga de información y el bombardeo de estímulos triviales nos mantienen en un estado de distracción permanente, impidiéndonos reflexionar sobre las estructuras de poder que nos condicionan. La obra también dedica una atención particular a la despolitización de la vida cotidiana, donde los problemas sociales se transforman en cuestiones meramente individuales o técnicas, evadiendo así cualquier crítica sistémica.

Lo más relevante de Dejar de Pensar no es solo su capacidad para diagnosticar el mal, sino su vocación didáctica y emancipadora. Los autores no se limitan a la queja; ofrecen herramientas para la resistencia, para "volver a pensar". Nos invitan a recuperar el sentido crítico, a desconfiar de las verdades impuestas, a reconstruir el significado de las palabras y a reconocer la dimensión política en cada acto de nuestra vida. Su redacción es de una calidad excepcional, adictiva y profundamente accesible, incluso al abordar conceptos complejos. La riqueza de sus referencias culturales, la agudeza de sus observaciones y la pasión que emana de cada página hacen de esta obra una lectura imprescindible para cualquiera que desee entender las claves ideológicas de nuestro tiempo y, más importante aún, resistirse a la tentación de dejar de pensar. Es un libro que no solo ilumina, sino que interpela, que sacude, que nos obliga a cuestionar nuestras propias certezas y a reafirmar la irrenunciable dignidad del pensamiento.


Citas Destacadas y su Significado

"Dejar de pensar es dejar de ser libre." Esta es quizás la tesis central y más potente del libro. Sugiere que la verdadera libertad no reside en la mera capacidad de elegir entre opciones predefinidas, sino en la autonomía de la razón, en la capacidad de cuestionar, analizar y formar un juicio propio. Renunciar a esta capacidad es, en esencia, renunciar a la propia libertad.

"El neoliberalismo ha conseguido que las víctimas del sistema defiendan a sus verdugos." Esta cita apunta a la eficacia de la hegemonía ideológica neoliberal. Los autores argumentan que la ideología ha sido tan exitosa que ha logrado internalizar sus valores y premisas en aquellos a quienes perjudica, llevándolos a justificar o incluso defender las estructuras que los oprimen, en un acto de lo que Gramsci llamaba "hegemonía cultural".

"La información es el opio del pueblo." Reinterpretando la famosa frase de Marx sobre la religión, los autores sugieren que la sobreabundancia de información, desprovista de contexto crítico y análisis profundo, no ilumina, sino que aturde y distrae. En lugar de empoderar, la información sin sentido crítico puede anestesiar la conciencia, impidiendo la reflexión y la acción.

"No se trata de convencer, sino de inocular." Esta frase destaca el método de la ideología dominante. No busca tanto el debate racional y la persuasión lógica, sino una inserción sutil y constante de ideas en el subconsciente colectivo, un "contagio" ideológico que se asimila sin ser cuestionado, como si fuera una verdad natural e incuestionable.

"La universidad ha dejado de ser el lugar donde se aprende a pensar para convertirse en el lugar donde se aprende a obedecer." Aquí, los autores critican la mercantilización y la tecnificación de la educación superior. Sugieren que, bajo la lógica neoliberal, la universidad ha perdido su papel como espacio de formación del pensamiento crítico y la ciudadanía, transformándose en una mera fábrica de mano de obra cualificada, adaptada a las necesidades del mercado, desprovista de una genuina vocación emancipadora.





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