A HOMBROS DE LA FALANGE, por SAMUEL ROS y ANTONIO BOUTHELIER
Samuel Ros Pardo nació en Valencia en 1904 y desde su juventud mostró una inclinación extraordinaria hacia la escritura y el análisis social, cultivando un estilo que oscilaba entre la vanguardia literaria y la crítica de las estructuras ideológicas de su tiempo. Fue discípulo y admirador de Ramón Gómez de la Serna, lo cual se tradujo en sus primeros textos de tono iconoclasta y de imaginación desbordada. Pero Ros, inquieto y polifacético, evolucionó hacia un tono más introspectivo y simbólico, que quedó reflejado en su narrativa y especialmente en su teatro, donde la búsqueda de sentido y el conflicto moral eran constantes. Su vida y su obra estuvieron marcadas por la intensidad política del primer tercio del siglo XX español. Falleció en Madrid en 1945, dejando tras de sí una obra breve pero punzante, que sigue interpelando a quien se acerca a ella con una mirada crítica. Su colaboración con Antonio Bouthelier, periodista afín al aparato propagandístico del franquismo, dio como resultado una obra que es testimonio fervoroso de un episodio fundacional del régimen: A hombros de la Falange.
Este libro, escrito y publicado en 1940, constituye una crónica ferviente del traslado de los restos de José Antonio Primo de Rivera desde su tumba en Alicante hasta el Monasterio de El Escorial. Lo que podría haberse limitado a una descripción protocolaria del cortejo fúnebre se convierte, bajo la pluma de Ros y Bouthelier, en una liturgia política, en una escenificación del mito fundacional de la Falange Española. El texto se nutre del fervor nacionalista, de un lirismo encendido que sublima el dolor y lo convierte en símbolo. En sus páginas no solo se relata el traslado físico del cuerpo, sino el nacimiento de una leyenda que el régimen de Franco supo moldear con precisión retórica y escenográfica.
La narración está impregnada de solemnidad: cada ciudad atravesada, cada oración recitada, cada brazo alzado es recogido con minuciosidad y dramatismo. Hay en el relato una clara intención de épica, de convertir el movimiento de un ataúd en una procesión sacralizada, casi religiosa, en la que el cuerpo del mártir no solo viaja hacia su sepultura, sino que es llevado en volandas por el espíritu de una nación reconstruida a partir del sacrificio. La Falange, en este texto, no es solo una organización política: se presenta como columna vertebral de una España redimida por el dolor y renacida en la obediencia.
Sin embargo, más allá de su tono hagiográfico, A hombros de la Falange es un documento valioso para comprender el uso del simbolismo político en la consolidación del franquismo. Cada palabra busca exaltar el sacrificio, convertir a José Antonio en figura totémica, articular un relato nacionalista donde el dolor se sublima y se transforma en destino. El libro no permite la distancia crítica, pero sí la exige del lector contemporáneo: invita a reflexionar sobre cómo se construyen los mitos, cómo la literatura puede ser instrumento de poder, y cómo el lenguaje se convierte en territorio de disputa ideológica.
Leído hoy, el libro es al mismo tiempo pieza de propaganda, reflejo de un clima emocional colectivo, y testimonio de un estilo de escritura que aspiraba a conmover tanto como a consagrar. Ros y Bouthelier nos ofrecen una mirada sincera, aunque parcial, sobre uno de los rituales más poderosos del franquismo: la mitificación de su mártir. Y si bien el lector moderno puede —y debe— abordar este texto con espíritu crítico, no puede negarle su valor histórico ni su intensidad expresiva. Porque allí donde la historia se escribe con pasión, también se esconde, entre las líneas, la verdad profunda de un tiempo.
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