miércoles, 23 de abril de 2025

CATALINA PARR. LA SEXTA ESPOSA, por JEAN PLAIDY

  

CATALINA PARR. LA SEXTA ESPOSA, por JEAN PLAIDY

Eleanor Alice Burford, conocida por el mundo bajo el seudónimo de Jean Plaidy, emergió de las brumosas calles de Londres en 1906 para convertirse en una de las novelistas históricas más prolíficas y queridas del siglo XX. Bajo diversos nombres, entre ellos Victoria Holt y Philippa Carr, tejió más de doscientos relatos que han cautivado a millones, con ventas que superan los cien millones de ejemplares. Su pluma, guiada por una pasión insaciable por la historia, se deslizaba con facilidad entre reinas, cortes y conspiraciones, siempre con mujeres como faros en el centro de sus narrativas. Plaidy no solo narraba; resucitaba épocas con una prosa que equilibraba rigor histórico y emoción humana. Aunque su estilo ha sido criticado por algunos como ligero, su habilidad para dar vida a figuras olvidadas, como Catalina Parr, le valió un lugar en el corazón de los lectores. Fallecida en 1993, dejó un legado que sigue iluminando los oscuros corredores de la historia Tudor.


Catalina Parr. La sexta esposa, parte de la serie Las reinas Tudor, es un tapiz vibrante que captura la vida de la última consorte de Enrique VIII, una mujer cuya inteligencia y temple la convirtieron en mucho más que una nota al pie en la saga de un rey tiránico. Jean Plaidy nos sumerge en la corte inglesa de 1543, donde Catalina, viuda por segunda vez a los treinta y un años, anhela un tercer matrimonio por amor con el apuesto Thomas Seymour. Sin embargo, el destino, encarnado en un Enrique VIII enfermo y caprichoso, la arrastra al trono como su sexta reina. Con una narrativa que palpita como el latido de un corazón en peligro, Plaidy retrata a una Catalina culta y astuta, capaz de apaciguar el volátil temperamento del rey y de ganarse el afecto de sus hijastros, María, Isabel y Eduardo, quienes la ven como la madre que nunca tuvieron. Pero la corte es un nido de víboras, y su inclinación por el luteranismo, un viento fresco de reforma religiosa, enciende la envidia de cortesanos como Gardiner y Wriothesley, quienes conspiran para relacionarla con herejes radicales como Anne Askew, condenada a la hoguera. La amenaza de la Torre de Londres planea sobre Catalina, y Plaidy teje con maestría la tensión de una reina que debe usar su ingenio para esquivar el hacha que segó a dos de sus predecesoras. Más allá de la intriga palaciega, la novela explora el sacrificio personal de Catalina, su lucha por mantener su fe y su amor frustrado por Seymour, que resurge tras la muerte de Enrique, solo para traer nuevas traiciones. Cada página destila la fragilidad del poder y la fuerza de una mujer que, contra todo pronóstico, sobrevivió al rey y dejó su marca en la sucesión Tudor al reintegrar a María e Isabel en la línea al trono. Plaidy no solo cuenta una historia; invita al lector a caminar por los pasillos de Hampton Court, a sentir el peso de la corona y a maravillarse ante una reina cuya máxima —“ser útil en todo lo que hago”— se convierte en un himno de resistencia.






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