EL NEGOCIO DE LA LIBERTAD, por JESÚS CACHO
Jesús Cacho Cortés, nacido en 1943 en Villarmentero de Campos, un pequeño pueblo de Palencia, España, es un periodista y escritor que ha dejado una huella indeleble en el periodismo de investigación español, con una carrera que combina la audacia de un marinero y la precisión de un historiador. Hijo de una familia humilde, su vida dio un giro inesperado cuando, tras convertirse en capitán de la Marina Mercante, decidió cambiar el timón por la pluma. Estudió Historia Moderna y Contemporánea y se graduó en Periodismo en 1974, un año que marcó el inicio de una trayectoria tan variada como apasionante. Sus primeros pasos los dio en la agencia Contelsa, pero pronto se abrió camino en publicaciones como Diario Económico, Qué, Dinero, ABC y Mercado, hasta recalar en 1984 en El País, donde durante cuatro años diseccionó la economía con un bisturí afilado. Sin embargo, su vena rebelde lo llevó a desvincularse de grandes cabeceras: colaboró con Tribuna, Época, la cadena COPE y El Mundo, donde dejó su impronta hasta 2006, cuando un desencuentro con Pedro J. Ramírez lo apartó de ese diario. No conforme con seguir caminos trillados, fundó en 2001 El Confidencial, un medio digital que revolucionó el periodismo online en España, aunque su salida en 2011, tras denunciar un despido injusto, evidenció su carácter indomable. A sus espaldas lleva una trilogía sobre Mario Conde que vendió 150.000 ejemplares, pero es con El negocio de la libertad, publicado en 1999, donde alcanza la cima de su estilo: un periodismo visceral, documentado y sin pelos en la lengua.
Cacho no es un hombre de medias tintas. Su infancia en un pueblo castellano le dio una visión cruda de la vida, mientras que su experiencia como marino le enseñó a navegar tormentas, tanto en alta mar como en las turbulentas aguas del poder español. Ateo, descreído de las instituciones y con un olfato periodístico que roza lo detectivesco, se ha ganado enemigos poderosos al destapar las cloacas del establishment. Su pluma, cargada de ironía y datos incontestables, ha sido comparada con la de los grandes cronistas anglosajones, pero con un toque castizo que lo hace único. Tras dejar El Confidencial, no se rindió: planeó un nuevo portal de noticias para 2011, demostrando que su afán por informar no conoce tregua. El negocio de la libertad no es solo un libro, sino un testimonio de su vida misma: un desafío a los intocables, un grito contra el silencio cómplice y una lección de cómo el periodismo puede ser un arte tan bello como peligroso. Casado con la verdad —o al menos con su búsqueda incansable—, Cacho sigue siendo un lobo solitario en un mundo de rebaños, un hombre que prefiere hundirse con su barco antes que arriar sus velas.
El negocio de la libertad es un viaje trepidante al corazón del poder en la España de finales del siglo XX, un relato que agarra al lector por las solapas y no lo suelta hasta la última página. Publicado en 1999 por Foca Ediciones, este libro de 651 páginas es una autopsia periodística del régimen posfranquista en plena efervescencia democrática, con el ascenso de José María Aznar al poder como telón de fondo. Todo comienza con una frase que resuena como un disparo: “Convéncete, Jesús”, le dijo Aznar a Cacho tras perder las elecciones de 1993, sugiriendo que los ricos madrileños lo rechazaban porque sabían que con él les iría peor que con Felipe González. Tres años después, en 1996, el líder del Partido Popular gana y se ve obligado a firmar un Pacto de Investidura, desatando un choque de trenes con las estructuras de poder heredadas de la Transición. Cacho, con la precisión de un cirujano y el ritmo de un novelista negro, disecciona este enfrentamiento, poniendo el foco en Jesús Polanco, el magnate de Prisa, a quien retrata como un titán que convierte la política en su tablero de ajedrez personal.
El libro no es una crónica aburrida de reuniones y despachos; es un thriller político que destila adrenalina. Cacho nos sumerge en las luchas por el control de la televisión digital, un botín codiciado por gigantes como Prisa, Telefónica y Antena 3, mientras los intereses políticos tejen una red de alianzas y traiciones. Polanco, descrito como “un Estado dentro del Estado”, emerge como el verdadero protagonista: un hombre que, con el PSOE como aliado servil y la Corona bajo su influencia, se erige en la única oposición real al gobierno del PP. “La política es su forma de hacer negocios”, sentencia Cacho, y lo demuestra con un arsenal de datos, testimonios y revelaciones que quitan el aliento. Felipe González, convertido en un peón de lujo, y hasta el Rey Juan Carlos, aparecen en este fresco como piezas de un juego donde la libertad —o su ilusión— se compra y se vende al mejor postor. El autor no se limita a narrar: cuestiona sin piedad la relación entre PSOE y Prisa, dejando al lector con una duda inquietante: ¿quién manda de verdad en esta brillante entente?
Lo más adictivo de El negocio de la libertad es su capacidad para convertir hechos complejos en una historia viva, casi cinematográfica. Cacho no solo informa, sino que pinta un cuadro sobrecogedor de la España de finales de los 90: una democracia joven pero ya corroída por las ambiciones de unos pocos. La prensa, esa supuesta garante de la libertad, se revela aquí como un instrumento más del poder, un negocio donde la verdad es secundaria frente a la cuota de influencia. El estilo del autor, trepidante y cargado de giros, recuerda a un tren fuera de control: sabes que va a descarrilar, pero no puedes apartar la vista. Entre sus páginas más memorables está el retrato de Polanco como un titán intocable, una figura que reclama “una Justicia y una fiscalidad aparte”, mientras el gobierno de Aznar intenta, con torpeza, desmontar su imperio. Pero no todo es crítica al poder establecido; Cacho también desnuda las debilidades del PP, un partido que llega al gobierno con ínfulas de cambio pero se enreda en las mismas telarañas que prometió cortar.
El libro trasciende su época para convertirse en una lección atemporal sobre cómo el poder y el dinero se entrelazan en cualquier democracia. Los datos que aporta —desde conversaciones privadas hasta movimientos financieros— son tan abrumadores que el lector siente que está espiando por una cerradura prohibida. Sin embargo, Cacho no se pierde en tecnicismos: su prosa es directa, mordaz, con un humor ácido que alivia la densidad de la trama. Entre los momentos más impactantes está su análisis de cómo la Transición, ese mito sagrado de la España moderna, se convierte en un campo de batalla donde los viejos poderes se disfrazan de nuevos. El negocio de la libertad no es solo un best-seller que engancha —como lo fueron sus obras sobre Mario Conde—, sino un espejo incómodo que refleja lo mal informados que estamos por quienes dicen informarnos. Para muchos, este libro desapareció de las librerías porque tocó fibras demasiado sensibles; para otros, es una crónica imprescindible que explica por qué la España de hoy es hija de aquellos polvos y estos lodos. Leerlo es entender que la libertad, en manos de Cacho, no es un ideal, sino un negocio tan fascinante como sucio.
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