LA FABRICACIÓN DE LA LOCURA, por THOMAS S. SZASZ
Thomas S. Szasz nació en Budapest, Hungría, el 15 de abril de 1920, en una familia de judíos húngaros. Tras emigrar a Estados Unidos en su adolescencia, Szasz se graduó en la Universidad de Cincinnati y más tarde en la Universidad de Chicago, donde obtuvo su título de médico y se especializó en psiquiatría. Su formación continuó en el Instituto de Psicoanálisis de Chicago, donde se impregnó de las teorías freudianas, aunque su carrera académica y profesional pronto tomaría un rumbo crítico hacia la psiquiatría convencional. En 1956, comenzó su larga carrera como profesor en la Universidad de Syracuse en Nueva York, donde se convirtió en profesor emérito de psiquiatría. Szasz destacó por su crítica radical a la psiquiatría, argumentando que lo que se denomina enfermedad mental no es más que una metáfora médica para comportamientos socialmente indeseables o desviados. Su obra más conocida, "El Mito de la Enfermedad Mental", publicada en 1961, sentó las bases de su pensamiento, que se extendería a través de numerosos libros y artículos. A lo largo de su vida, Szasz defendió el liberalismo clásico, la autonomía individual y la libertad de elección en asuntos de salud mental, ideas que le llevaron a ser considerado un pionero de la antipsiquiatría, aunque él mismo rechazaba este término. Murió el 8 de septiembre de 2012, dejando un legado que continúa influyendo en debates sobre ética médica, derechos humanos y la naturaleza de la psiquiatría.
"La Fabricación de la Locura", publicado en 1970, es una de las obras más influyentes de Thomas Szasz y una continuación lógica de su crítica a la psiquiatría en "El Mito de la Enfermedad Mental". En este libro, Szasz profundiza en el argumento de que la psiquiatría es una forma moderna de control social y opresión disfrazada de ciencia médica, comparando sus prácticas con la Inquisición medieval.
El texto comienza planteando una provocativa analogía entre la caza de brujas y la psiquiatría contemporánea. Szasz argumenta que, al igual que en la Edad Media se perseguía a las brujas, en la modernidad se persigue a los "locos" o "enfermos mentales". Este paralelismo se establece no solo en términos de persecución, sino también en la metodología de diagnóstico: en ambos casos, la identificación del "culpable" o "enfermo" depende de confesiones extraídas o de la interpretación de comportamientos bajo una lente de moralidad o normalidad social.
Szasz explora cómo la psiquiatría, al igual que la Inquisición, utiliza su poder para definir y así controlar a aquellos que no se ajustan a las normas sociales. La psiquiatría, según Szasz, no es una ciencia médica sino una moda de control social que ha sustituido a la religión y la moralidad como mecanismos de regulación social. El autor critica duramente el concepto de enfermedad mental, afirmando que es una construcción social que no tiene correlato en la patología física objetiva. Aquí, Szasz desmonta la idea de que la esquizofrenia, la depresión, o cualquier otra etiqueta psiquiátrica representan enfermedades verdaderas, equiparándolas a términos como "bruja" o "hereje" de siglos pasados.
Un aspecto central de "La Fabricación de la Locura" es la crítica a la hospitalización involuntaria, la cual Szasz considera una violación de los derechos humanos fundamentales, comparable a la tortura y el encarcelamiento por motivos religiosos o políticos. La obra detalla cómo las instituciones psiquiátricas, bajo la fachada de la curación, ejercen un control social, privando de libertad a personas cuya única "falta" es un comportamiento que la sociedad no puede o no quiere entender.
Además, Szasz analiza la relación entre el Estado y la psiquiatría, acuñando el término "Estado terapéutico" para describir cómo el gobierno utiliza a los psiquiatras como agentes de control, legitimando así la intervención en la vida privada de los individuos bajo el pretexto de la salud mental. Este análisis revela una desconfianza profunda hacia el poder estatal y su alianza con la psiquiatría para mantener el orden social.
El libro también se ocupa de la retórica psiquiátrica, mostrando cómo el lenguaje y los diagnósticos se han utilizado para marginar, patologizar y silenciar a aquellos que desafían el status quo. Szasz propone que la "locura" es una categoría que se ha fabricado para criminalizar la diferencia, la disidencia o simplemente la diversidad humana.
"La Fabricación de la Locura" es una obra que no solo critica sino que también educa sobre la historia de la persecución social bajo diferentes disfraces a lo largo de los siglos. Szasz invita al lector a cuestionar las bases de la psiquiatría moderna y a considerar las implicaciones éticas y políticas de etiquetar y tratar a las personas por sus comportamientos o pensamientos. Su enfoque es didáctico, provocador y siempre apunta a desmantelar lo que él ve como mitos y abusos de la psiquiatría, promoviendo un debate sobre la libertad individual, la autonomía y la verdadera naturaleza de la salud mental.
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