jueves, 27 de febrero de 2025

ADIÓS, PRINCESA, por DAVID ROCASOLANO

 


ADIÓS, PRINCESA, por DAVID ROCASOLANO



David Rocasolano nació en Madrid en 1972, un alma destinada a navegar entre las leyes y las tormentas familiares, con una vida que parece extraída de una novela de intrigas. Abogado de formación, se graduó en Derecho por la Universidad Carlos III y dio sus primeros pasos profesionales en Luxemburgo, en la Oficina de Publicaciones Oficiales de la Comunidad Europea, donde su pluma se afiló redactando artículos jurídicos para Eurostat. De regreso a España en 1995, ejerció la abogacía con la precisión de un cirujano, pero su existencia dio un giro radical al convertirse en el confidente y consejero legal de su prima, Letizia Ortiz, futura reina de España. Primo hermano por parte materna, su vínculo con ella fue más que sanguíneo: fue su sombra, su apoyo, el guardián de secretos que nadie más conocía, hasta que la relación se quebró como cristal bajo el peso de la corona. En 2013, desencadenó una tempestad al publicar Adiós, Princesa, un libro que lo catapultó al ojo del huracán mediático y lo alejó de su tierra natal, llevándolo a un exilio voluntario del que poco se sabe hoy. Su vida es un contraste entre la discreción del jurista y el estruendo del escritor revelador, una figura que, tras arrojar su verdad al mundo, se desvaneció en las brumas de la controversia.

Adiós, Princesa es un relato que arde como una tea en la noche, una crónica íntima y feroz que desgarra el velo de la realeza española con la precisión de quien conoce sus entrañas. La historia comienza con un David herido, un hombre que ve cómo el tren expreso de los Borbones aplasta sin piedad la humilde caravana de los Ortiz-Rocasolano, su familia, y decide contar su verdad desde las ruinas. Nos lleva al Madrid de principios del siglo XXI, cuando Letizia, aún periodista de televisión, confía en él para manejar su divorcio de Alonso Guerrero y ocultar los ecos de un pasado que podría ensombrecer su ascenso al trono. El libro destapa escándalos que resuenan como cañonazos: el aborto de Letizia en la clínica Dator en 2002, un secreto que David asegura haber ayudado a enterrar destruyendo documentos por orden de su prima, y que ahora exhibe como prueba de su transformación bajo la corona. Pero no se detiene ahí; pinta a Letizia como una mujer paranoica y controladora, capaz de tender trampas a su propia familia para desenmascarar filtraciones, como cuando anunció un falso nombre para su hijo nonato, Pelayo, que acabó en los titulares. Habla también del abandono que sintió Érika, su hermana fallecida en 2007, una tragedia que David atribuye al aislamiento impuesto por la ambición de Letizia, dedicándole el libro con un “Para Érika” que suena a lamento y a vendetta.

La narrativa se adentra en los salones de la Zarzuela, donde el autor disecciona a la familia real con una mezcla de admiración y desprecio: el rey Juan Carlos, lejos de campechano, aparece como un hombre grosero y egoísta; Sofía, un oasis de bondad en un desierto de hipocresía; y Felipe, un príncipe atrapado entre mundos. Pero el verdadero fulgor está en los detalles cotidianos que humanizan el escándalo: las broncas de Letizia para que su familia “se quitara el pelo de la dehesa”, las tensiones en bodas y cumpleaños donde los Ortiz chocaban con el protocolo borbónico, y el dolor de David al ser apartado tras su implicación en el caso Ciempozuelos, un escándalo de corrupción del que salió absuelto pero que marcó su ruptura con la reina. Escrito con una prosa ágil, irónica y cargada de resentimiento, Adiós, Princesa no es solo un ajuste de cuentas; es un retrato de cómo el poder corrompe los lazos más íntimos, un testimonio que te agarra por el cuello y no te suelta hasta la última página. Entre sus revelaciones, sobresale la cruda honestidad de un hombre que, al perderlo todo, decidió que el silencio no era una opción, dejando un libro que es tanto un grito de rabia como un espejo incómodo para una monarquía tambaleante.



 

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