MATEMÁTICAS: UNA HISTORIA DE AMOR Y ODIO, por REUBEN HERSH y VERA JOHN-STEINER
En el vasto y a menudo enigmático universo de las letras y los números, pocas figuras han logrado tender puentes entre la fría precisión de las matemáticas y el cálido latir de las emociones humanas como lo hicieron Reuben Hersh y Vera John-Steiner. Juntos, estos dos autores, cada uno un titán en su propio campo, se embarcaron en una aventura literaria que desafía las percepciones comunes y teje una narrativa tan fascinante como reveladora: Matemáticas: una historia de amor y odio. Pero antes de sumergirnos en las páginas de esta obra singular, vale la pena detenernos en las vidas de quienes la concibieron, dos mentes brillantes cuyos caminos convergieron para ofrecernos una visión única del mundo numérico y sus protagonistas.
Reuben Hersh nació en 1927 en el seno de una familia judía en el Bronx, Nueva York, un lugar donde las calles vibraban con el bullicio de la vida cotidiana y las aspiraciones de quienes buscaban un futuro mejor. Su infancia, marcada por la Gran Depresión, no auguraba el destino de un matemático de renombre, sino más bien el de un joven inquieto que exploraba el mundo con una curiosidad insaciable. Hersh no siguió el camino convencional hacia la academia; antes de abrazar las matemáticas, trabajó como obrero y periodista, experiencias que moldearon su visión humanista de una disciplina que muchos consideran árida. Fue en la Universidad de Nueva York donde encontró su vocación, doctorándose en matemáticas y llegando a ser catedrático emérito en la Universidad de Nuevo México. Su legado no se limita a ecuaciones y teoremas; Hersh es también un filósofo de las matemáticas, autor de obras como What Is Mathematics, Really?, donde cuestiona la naturaleza misma de esta ciencia, y coautor de La experiencia matemática, un libro que le valió el prestigioso National Book Award en 1989. Su vida es un testimonio de cómo las matemáticas pueden ser un reflejo de la experiencia humana, un espejo donde se proyectan tanto la razón como la pasión.
Por su parte, Vera John-Steiner llegó al mundo en 1930 en Budapest, Hungría, en un momento de agitación política y cultural. Su infancia estuvo teñida por el exilio, ya que su familia huyó del creciente antisemitismo y las sombras de la guerra, recalando finalmente en los Estados Unidos. Esta travesía dejó en ella una huella imborrable: una sensibilidad profunda hacia las dinámicas sociales y el poder del lenguaje. Formada en lingüística y psicología, John-Steiner se doctoró en la Universidad de Chicago y se convirtió en catedrática emérita de lingüística y educación en la Universidad de Nuevo México. Su obra más conocida, Notebooks of the Mind, ganadora del William James Book Award, explora cómo la creatividad y el pensamiento se entrelazan en la mente humana. Su enfoque interdisciplinario, que combina la ciencia cognitiva con una mirada empática hacia las personas, la convirtió en la compañera ideal para Hersh en este proyecto. Juntos, unieron sus talentos para desentrañar las vidas de los matemáticos, no como meros calculadores, sino como seres complejos, llenos de contradicciones y anhelos.
Matemáticas: una historia de amor y odio no es un libro cualquiera. Es una danza entre la lógica y la emoción, un relato que desmonta el mito de las matemáticas como un reino frío y distante, habitado por genios excéntricos que operan en soledad. Desde las primeras páginas, Hersh y John-Steiner nos invitan a un viaje que comienza con una premisa audaz: las matemáticas, lejos de ser una abstracción inhumana, están profundamente enraizadas en lo que nos hace humanos. Con un estilo vivo, casi cinematográfico, los autores nos llevan de la mano a través de las vidas de matemáticos célebres, desde los salones de París en el siglo XIX hasta los campos de batalla del siglo XX, mostrando cómo esta disciplina ha sido tanto un refugio como un campo de lucha.
La sinopsis de este libro podría comenzar con una escena: imaginemos a Évariste Galois, un joven prodigio francés, garabateando ecuaciones febrilmente en la víspera de un duelo que sabe que le costará la vida. O a Sofia Kovalevskaya, desafiando las barreras de género en la Rusia zarista para convertirse en una de las primeras mujeres matemáticas reconocidas, mientras su corazón se debatía entre el amor y la ambición. Estas no son historias inventadas; son los hilos con los que Hersh y John-Steiner tejen su tapiz. El libro nos presenta a estos personajes y a muchos otros, no como estatuas de mármol en un panteón académico, sino como seres de carne y hueso, cuyas vidas estuvieron marcadas por amistades profundas, rivalidades feroces, amores imposibles y momentos de éxtasis creativo. A través de sus relatos, descubrimos cómo las matemáticas fueron un salvavidas en tiempos de crisis: para algunos, una forma de soportar el encarcelamiento; para otros, un escudo contra el caos de la guerra.
Uno de los aspectos más cautivadores del libro es cómo desmantela los estereotipos. Hersh y John-Steiner combaten la idea de que los matemáticos son ermitaños obsesivos, aislados del mundo. Sí, hay casos excepcionales —como el de Georg Cantor, cuya obsesión con el infinito lo llevó al borde de la locura—, pero estos son la excepción, no la regla. En cambio, los autores nos muestran comunidades vibrantes donde la colaboración y la competencia coexisten, donde los mentores guían a sus discípulos con una mezcla de rigor y ternura, y donde las mujeres y las minorías, a pesar de los obstáculos, han dejado una huella indeleble. Historias como la de Cathleen Morawetz, quien superó las expectativas de su época para dirigir el Instituto Courant y recibir el Premio Nacional de Ciencias, resuenan con una fuerza inspiradora.
El libro también explora cómo las matemáticas se entrelazan con las emociones. Hersh, con su voz de matemático reflexivo, y John-Steiner, con su sensibilidad psicológica, nos guían por los altibajos de la creación matemática: la euforia de resolver un problema tras meses de lucha, la frustración de un callejón sin salida, la pasión que impulsa a alguien a dedicar su vida a una ecuación. Hay un momento particularmente conmovedor cuando recountan la historia de un prisionero que, en su celda, encontraba consuelo en los números, trazando teoremas en su mente como un acto de resistencia. Estas anécdotas no solo humanizan a los matemáticos, sino que nos invitan a reconsiderar nuestra propia relación con esta disciplina tan malentendida.
Lo más destacado de Matemáticas: una historia de amor y odio es su capacidad para transformar lo abstracto en algo tangible. No es un tratado técnico lleno de fórmulas —aunque los amantes de las matemáticas encontrarán guiños deliciosos—, sino una celebración de las personas detrás de los números. Hersh aporta su experiencia como insider, salpicando el texto con recuerdos personales, como sus días en el Instituto Courant, mientras John-Steiner enriquece la narrativa con su análisis de cómo el pensamiento abstracto nace de nuestras experiencias más humanas. Juntos, logran que el lector, sea un apasionado de las matemáticas o alguien que las tema, se sienta atrapado por la intensidad de estas vidas.
En definitiva, este libro es una carta de amor a las matemáticas y, al mismo tiempo, un desafío a quienes las odian. Nos recuerda que detrás de cada teorema hay una historia, y que la razón más pura puede coexistir con las emociones más intensas. Publicado en 2012, Matemáticas: una historia de amor y odio se alza como una obra imprescindible, no solo para entender la disciplina, sino para comprender cómo el ingenio humano, en toda su complejidad, encuentra belleza incluso en los rincones más inesperados. Hersh y John-Steiner, con sus plumas magistrales, nos entregan un regalo: la certeza de que las matemáticas, como la vida misma, son un equilibrio eterno entre el amor y el odio, entre la claridad y el misterio.
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