EL VALOR DE EDUCAR, por FERNANDO SAVATER
Fernando Savater, nacido en San Sebastián en 1947, es uno de los pensadores y ensayistas más influyentes de la España contemporánea. Filósofo de formación y catedrático de ética, ha dedicado su vida a la docencia universitaria, la divulgación filosófica y la escritura, cultivando tanto el ensayo como la novela y el teatro. Su voz, siempre lúcida y provocadora, ha resonado en periódicos, revistas y en una extensa obra traducida a numerosos idiomas. Savater ha sido galardonado con premios tan prestigiosos como el Nacional de Ensayo y el Planeta, y ha recibido doctorados honoris causa de universidades de todo el mundo, así como condecoraciones como la Gran Cruz del Águila Azteca y la Orden del Mérito Constitucional. Su pensamiento, influido por figuras como Montaigne, Spinoza, Voltaire y Bertrand Russell, se caracteriza por una defensa apasionada de la libertad, la responsabilidad y el humanismo, así como por su rechazo a los dogmatismos y nacionalismos excluyentes. Durante años, su férrea defensa de los derechos civiles lo llevó a vivir amenazado por el terrorismo, sin que ello menguara su compromiso con la palabra y el debate público.
El valor de educar, publicado en 1997, es una de sus obras más emblemáticas y una referencia imprescindible para comprender la importancia de la educación en la formación del ser humano. Savater aborda la educación no como un mero proceso de transmisión de conocimientos, sino como el arte de llegar a ser plenamente humano. Nacer como seres humanos es solo el punto de partida; la auténtica humanidad se conquista a través de la interacción con los otros, del aprendizaje y de la asimilación de valores que nos permiten vivir en sociedad. El libro, estructurado en seis capítulos y enmarcado por una carta a una maestra y otra a una ministra, despliega una reflexión viva y amena, lejos de la erudición árida, que invita al diálogo y la autocrítica.
Savater explora el papel de la familia, la escuela y la sociedad en la formación del individuo, analizando cómo la educación es siempre un acto social que implica tanto a la comunidad como al sujeto. Uno de los dilemas centrales que plantea es el equilibrio entre la libertad y la coacción: ¿cómo formar individuos libres si la educación requiere, en parte, disciplina y obediencia? El autor sostiene que la libertad no es un punto de partida, sino una meta que se alcanza a través de la integración social y el aprendizaje. La disciplina, lejos de ser un obstáculo, es el medio que permite conquistar la autonomía simbólica y la capacidad de pensar por uno mismo.
La obra destaca por su claridad expositiva y su capacidad para hacer comprensibles cuestiones filosóficas profundas. Savater subraya que educar no es solo enseñar a pensar, sino enseñar a pensar sobre lo que se piensa, a cuestionar, a dialogar y a elegir racionalmente entre valores. Reivindica el estudio de las humanidades como vía para universalizar el conocimiento y fomentar el aprecio racional por aquellos valores que hacen posible la convivencia democrática. El valor de educar es, en definitiva, una defensa apasionada de la educación como motor de la libertad y la civilización, una invitación a no renunciar jamás al amor intelectual por lo humano y a asumir con coraje la responsabilidad de formar personas capaces de vivir más y mejor en un mundo plural.
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