jueves, 26 de junio de 2025

EL IMPERIO OTOMANO (1451 -1807 ), por MIGUEL ÁNGEL DE BUNES IBARRA

  


EL IMPERIO OTOMANO (1451 -1807 ), por MIGUEL ÁNGEL DE BUNES IBARRA



Miguel Ángel de Bunes Ibarra es un destacado historiador español, especializado en la historia del mundo islámico, el Imperio Otomano y las relaciones entre Europa y el Mediterráneo durante la Edad Moderna. Nacido en Madrid en 1962, desde joven mostró un vivo interés por las culturas orientales y la historia de las civilizaciones. Estudió Historia en la Universidad Autónoma de Madrid, donde se doctoró con una tesis centrada en las representaciones del islam en la España moderna.


Su carrera profesional ha estado estrechamente vinculada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde ha trabajado como investigador en el Instituto de Historia. Ha sido profesor en diversas universidades y ha dirigido numerosos proyectos sobre historia comparada, fronteras culturales y relaciones interreligiosas. Autor prolífico y riguroso, ha publicado ampliamente sobre el Imperio Otomano, el Magreb, y la imagen del "otro" en la Europa moderna. Su enfoque se caracteriza por el análisis crítico de las fuentes, el contexto geopolítico y las dinámicas interculturales.


El Imperio Otomano (1451–1807) de Miguel Ángel de Bunes Ibarra es una obra histórica de gran profundidad que ofrece una visión completa y documentada del que fue uno de los imperios más duraderos, poderosos e influyentes de la Edad Moderna. A través de un enfoque claro y analítico, el autor reconstruye más de tres siglos de historia otomana, desde el ascenso de Mehmet II, conquistador de Constantinopla, hasta los inicios de las reformas del siglo XIX.


El libro se centra en el periodo de máximo esplendor político y militar del Imperio Otomano, abarcando el reinado de sultanes emblemáticos como Solimán el Magnífico, y examina tanto su estructura administrativa y militar como su compleja organización social, religiosa y cultural. De Bunes no solo describe los grandes acontecimientos —conquistas, tratados, conflictos con Europa, crisis internas— sino que también analiza cómo el Imperio fue capaz de gobernar una vasta y diversa población repartida por tres continentes.


Uno de los elementos más valiosos del libro es su tratamiento de las relaciones entre el Imperio Otomano y las potencias europeas. A través del estudio de embajadas, conflictos y alianzas, el autor demuestra que el Imperio no fue un ente aislado ni meramente “oriental”, sino un actor clave en el equilibrio de poder del Mediterráneo y Europa.


La obra también aporta una reflexión sobre los estereotipos y la visión eurocéntrica de la historia, invitando al lector a repensar el papel del islam y del mundo otomano en la construcción de la modernidad.


Lo que hace que este libro sea especialmente interesante es su capacidad para combinar rigor académico con una narrativa accesible. Ofrece una enseñanza clara: comprender el pasado otomano es fundamental para entender muchos aspectos del presente, desde los conflictos en el Medio Oriente hasta las complejas identidades culturales del Mediterráneo. Además, pone de relieve la importancia de mirar la historia desde una perspectiva más global, inclusiva y crítica.

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