El Tractatus Logico-Philosophicus es una obra de filosofía del lenguaje escrita por el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein. Fue publicado en 1921 y es considerado uno de los libros más importantes de la filosofía del siglo XX.
El Tractatus es una obra breve, de apenas 75 proposiciones, pero de gran densidad filosófica. Wittgenstein argumenta que el lenguaje es un sistema de signos que se utiliza para representar el mundo. El significado de una proposición es su correspondencia con un estado de cosas en el mundo. Las proposiciones que tienen sentido son aquellas que describen estados de cosas posibles, mientras que las proposiciones que no tienen sentido son aquellas que describen estados de cosas imposibles.
Wittgenstein sostiene que el lenguaje es un límite del conocimiento. No podemos decir nada sobre lo que está más allá del lenguaje, es decir, sobre lo que no puede ser representado por proposiciones. Lo que está más allá del lenguaje es lo inefable, lo que no puede ser expresado en palabras.
El Tractatus tuvo un gran impacto en el desarrollo de la filosofía del lenguaje y la filosofía analítica. Su influencia se puede ver en el trabajo de filósofos como Bertrand Russell, Rudolf Carnap y Willard Van Orman Quine.
Ludwig Wittgenstein nació en Viena, Austria, en 1889. Estudió ingeniería en la Universidad de Manchester y matemáticas en la Universidad de Cambridge. En 1912, se interesó por la filosofía y comenzó a estudiar con Bertrand Russell. En 1914, se alistó en el ejército austriaco y participó en la Primera Guerra Mundial. Durante la guerra, escribió las notas que más tarde se convertirían en el Tractatus Logico-Philosophicus.
Después de la guerra, Wittgenstein se retiró de la filosofía y se convirtió en maestro en una escuela primaria en Austria. En 1929, regresó a Cambridge para dar clases de filosofía. En 1939, se trasladó a Irlanda, donde vivió hasta su muerte en 1951.
El Tractatus es la obra más importante del primer período filosófico de Wittgenstein. En su segunda etapa filosófica, Wittgenstein se alejó del formalismo lógico del Tractatus y se interesó por el lenguaje cotidiano y las cuestiones morales. Sus obras más importantes de este período son Investigaciones filosóficas (1953) y Cuadernos de notas (1969).
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