Los empeños de una casa es una obra de teatro escrita por Sor Juana Inés de la Cruz, una de las figuras más destacadas de la literatura hispanoamericana del siglo XVII. Nacida en México en 1648, Sor Juana fue una mujer excepcional, que se dedicó al estudio y al cultivo de las letras, pese a las dificultades y los prejuicios de su época. Ingresó en un convento de monjas para poder seguir su vocación intelectual, y allí escribió numerosas obras de poesía, teatro y prosa, que le valieron el reconocimiento y la admiración de sus contemporáneos. Entre sus obras teatrales, destaca Los empeños de una casa, que se estrenó en 1683 con motivo del cumpleaños del virrey de Nueva España, el marqués de la Laguna.
Los empeños de una casa es una comedia de enredos y equívocos amorosos, ambientada en la ciudad de Toledo, donde dos hermanos, doña Ana y don Pedro, se ven envueltos en una serie de conflictos y confusiones por sus respectivos amores. Doña Ana se enamora de don Carlos, un caballero que llega a Toledo huyendo del padre de su amada, doña Leonor. Don Carlos, sin saberlo, se aloja en la casa de doña Ana, quien le confunde con don Juan, un galán que la sigue desde Madrid. Don Juan, a su vez, se aloja en la misma casa sin que doña Ana lo sepa, y provoca un malentendido con doña Leonor, que también se refugia allí. Mientras tanto, don Pedro pretende a doña Leonor, pero ella lo rechaza por amor a don Carlos. Don Rodrigo, el padre de doña Leonor, se opone al matrimonio de su hija con don Carlos, y este envía a su criado Castaño a convencerlo, disfrazado con las ropas de doña Leonor. La obra combina el humor, la intriga, el ingenio y la poesía para crear una trama divertida y dinámica, que reflexiona sobre el papel de la mujer, el honor, la fortuna y el mérito en la sociedad barroca.
Los empeños de una casa es una muestra del talento y la originalidad de Sor Juana Inés de la Cruz, que supo adaptar el género de la comedia de capa y espada a su propia visión y estilo. La obra presenta unos personajes complejos y verosímiles, que expresan sus sentimientos y sus pensamientos con un lenguaje rico y variado. Sor Juana utiliza recursos literarios como el juego de palabras, la ironía, el retruécano, la metáfora y el símil para dar forma a sus diálogos y sus soliloquios. Además, incorpora elementos musicales y escénicos que hacen más atractiva y vistosa la representación. La obra tiene tres jornadas o actos, cada uno con un tono diferente: el primero es más cómico y festivo; el segundo es más dramático y tenso; y el tercero es más lírico y emotivo. El desenlace es feliz y armonioso, pues se resuelven todos los conflictos y se celebran las bodas entre los enamorados.
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