Los funerales de la Mamá Grande es una colección de ocho cuentos del escritor colombiano Gabriel García Márquez, publicada en 1962. Los relatos están ambientados en el pueblo ficticio de Macondo, que se convertiría en el escenario principal de su obra cumbre, Cien años de soledad. En estos cuentos, García Márquez mezcla la realidad y la fantasía, el humor y la tragedia, la crítica social y la reflexión existencial, creando un universo literario propio y original.
El cuento que da título al libro narra la muerte y el entierro de la Mamá Grande, una anciana matriarca que ejercía un poder absoluto sobre Macondo y sus habitantes. Su fallecimiento provoca una conmoción nacional, y a su funeral acuden personalidades de todos los ámbitos: políticos, militares, religiosos, periodistas, etc. El autor aprovecha esta ocasión para retratar con ironía y sarcasmo los vicios y defectos de la sociedad colombiana de su época: la corrupción, el clientelismo, el caciquismo, el fanatismo, el sensacionalismo, etc. Al mismo tiempo, el cuento recupera episodios de la historia familiar de la Mamá Grande, que se remonta a dos siglos atrás y está llena de aventuras, intrigas, amores y desamores. Así, el cuento se convierte en una especie de crónica o saga que anticipa algunos elementos de la novela histórica que García Márquez desarrollaría más tarde.
Los otros siete cuentos son:
- La siesta del martes: Una madre y su hija viajan a Macondo para visitar la tumba de su hijo y hermano, que fue asesinado por robar en casa de una viuda. Allí se enfrentan al rechazo y la hostilidad de los lugareños, que las consideran cómplices del ladrón. El cuento muestra el contraste entre la dignidad y la humildad de las mujeres y la hipocresía y el desprecio de los habitantes del pueblo.
- Un día de estos: Un dentista atiende al alcalde del pueblo, que le pide que le extraiga una muela sin anestesia. El dentista aprovecha para vengarse del alcalde por las atrocidades que ha cometido contra los campesinos rebeldes. El cuento refleja el clima de violencia política que vivía Colombia en los años cincuenta y sesenta.
- En este pueblo no hay ladrones: Un joven pobre roba las bolas de billar del único bar del pueblo para conseguir algo de dinero. Al día siguiente, el dueño del bar acusa al ladrón de haberse llevado también una suma considerable de dinero. El joven decide devolver las bolas, pero es descubierto y castigado. El cuento denuncia la injusticia social y la falta de solidaridad entre los pobres.
- La prodigiosa tarde de Baltazar: Un carpintero construye una hermosa jaula para un niño rico que se la encarga. Sin embargo, el padre del niño se niega a pagarle el precio acordado. El carpintero decide regalarle la jaula al niño y luego se emborracha para celebrar su gesto generoso. Pero en el camino a su casa es asaltado y golpeado. El cuento contrasta la bondad y la ingenuidad del carpintero con la codicia y la crueldad de los ricos.
- La viuda de Montiel: Una mujer se queda viuda después de que su marido sea asesinado por sus enemigos políticos. Su marido era un hombre poderoso y temido, que había acumulado una gran fortuna a base de traiciones y extorsiones. La viuda se refugia en sus recuerdos y fantasías, ignorando la realidad que la rodea. El cuento retrata el vacío existencial y la soledad de una mujer que nunca fue feliz.
- Un día después del sábado: Un hecho insólito ocurre en Macondo: los pájaros entran en las casas para morir. Nadie sabe explicar este fenómeno, que coincide con la llegada de un forastero misterioso. El cuento crea una atmósfera de extrañeza y misterio, donde lo fantástico irrumpe en lo cotidiano.
- Rosas artificiales: Una anciana ciega tiene una nieta que se dedica a hacer rosas artificiales con papel de seda. La nieta se enamora de un joven que le promete llevarla a París. Pero el joven la abandona y la nieta cae enferma. La abuela, a pesar de su ceguera, es capaz de ver lo que le pasa a su nieta y trata de consolarla. El cuento es una historia de amor y desengaño, donde la ceguera simboliza la lucidez y la visión simboliza la ilusión.
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