sábado, 2 de noviembre de 2013

LO BELLO Y LO SUBLIME, DE INMANUEL KANT









Immanuel Kant (1724-1804) fue un destacado filósofo alemán considerado una de las figuras más influyentes en la historia del pensamiento occidental. Nacido en Königsberg (hoy Kaliningrado, Rusia), Kant dedicó su vida a explorar una amplia gama de temas, desde la filosofía de la mente y la ética hasta la epistemología y la estética. Su profundo trabajo influyó en la filosofía, la teología, la psicología y otros campos, dando forma a la forma en que entendemos el conocimiento humano y la naturaleza de la realidad.

"Lo Bello y lo Sublime" es una obra influyente en la tradición filosófica de la estética escrita por Immanuel Kant en 1764. En esta obra, Kant examina profundamente las experiencias humanas de lo bello y lo sublime, y ofrece una perspectiva única sobre cómo apreciamos y valoramos el arte y la naturaleza.

Kant divide su trabajo en dos partes: la primera trata sobre lo bello, y la segunda sobre lo sublime. Comienza por explorar lo bello, que según él es aquello que nos produce una satisfacción desinteresada y placentera simplemente por ser contemplado. Lo bello se caracteriza por la armonía, la simetría y la proporción, y Kant argumenta que estas cualidades despiertan nuestro sentido del gusto y la apreciación estética. Además, Kant sostiene que lo bello es universal y puede ser apreciado por todos, independientemente de sus preferencias individuales.

En la segunda parte, Kant se adentra en lo sublime, que es aquello que evoca emociones intensas y a menudo mezcladas con un sentimiento de asombro y respeto. A diferencia de lo bello, lo sublime no es necesariamente armonioso ni proporcional, sino que puede ser grandioso, imponente e incluso aterrador. Kant distingue entre el "sublime matemático", que se refiere a la grandeza cuantitativa, y el "sublime dinámico", que involucra amenazas o peligros que desafían nuestra comprensión.

Kant argumenta que lo sublime nos lleva más allá de nuestros límites ordinarios de percepción y nos conecta con un sentido de lo infinito y trascendente. A través de ejemplos que van desde la naturaleza hasta el arte y la arquitectura, Kant explora cómo estas experiencias nos permiten enfrentarnos a lo desconocido y, en última instancia, desarrollar un sentido más profundo de nuestra propia humanidad.

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