DESAYUNO CON PARTÍCULAS, por SONIA FERNÁNDEZ-VIDAL
Sonia Fernández-Vidal nació en Barcelona el 8 de marzo de 1978 y desde muy joven mostró una curiosidad insaciable por los misterios del universo. Su vocación científica la llevó a doctorarse en Óptica e Información Cuántica por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde más tarde ejercería como profesora e investigadora. Pero Sonia no se conformó con la vida académica tradicional: su carrera se expandió a algunos de los centros de investigación más prestigiosos del mundo, como el CERN en Suiza, el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Estados Unidos y el Instituto de Ciencias Fotónicas en Barcelona. En el CERN, participó en el proyecto del Gran Colisionador de Hadrones, y en Los Álamos colaboró en investigaciones sobre decoherencia e información cuántica, mientras que en el ICFO se sumó a proyectos de computación cuántica escalable. Además de su labor investigadora, Sonia es una divulgadora científica apasionada, convencida de que la ciencia debe ser divertida, emocionante y accesible para todos. Esta convicción la ha llevado a escribir libros que han cautivado tanto a jóvenes como a adultos, como “La puerta de los tres cerrojos” y “Quantic Love”, ambos éxitos de ventas traducidos a numerosos idiomas. Su talento y creatividad han sido reconocidos internacionalmente: la revista Forbes la incluyó entre las cien personas más creativas del mundo y el Instituto Choiseul la destacó como uno de los cien líderes económicos del mañana. Además, es académica electa de la Real Academia Europea de Doctores y cofundadora de la consultora tecnológica Gauss & Neumann.
En “Desayuno con partículas”, Sonia Fernández-Vidal, en colaboración con el periodista Francesc Miralles, despliega su don para la divulgación y nos invita a un viaje fascinante al corazón de la física cuántica. El libro se presenta como una conversación matutina entre la autora y un amigo periodista, un recurso narrativo que transforma conceptos complejos en diálogos amenos y cercanos, como si el lector estuviera compartiendo un café con dos buenos amigos que saben mucho y explican mejor. Desde las primeras páginas, la autora logra que la física, a menudo percibida como un territorio inaccesible y abstracto, se convierta en una aventura intelectual llena de sorpresas, humor y asombro.
A través de anécdotas, ejemplos cotidianos y metáforas ingeniosas, “Desayuno con partículas” desgrana los principios fundamentales de la mecánica cuántica: la dualidad onda-partícula, el principio de incertidumbre de Heisenberg, el entrelazamiento cuántico, los universos paralelos y la famosa paradoja del gato de Schrödinger. Sonia Fernández-Vidal no solo explica estos conceptos, sino que los conecta con la vida diaria, mostrando cómo la física cuántica está presente en tecnologías que usamos a diario, como los teléfonos móviles, los ordenadores o las resonancias magnéticas. El libro también se adentra en la historia de los grandes genios de la física, como Einstein, Bohr o Feynman, y revela el lado más humano y curioso de quienes han cambiado nuestra manera de entender la realidad.
Uno de los grandes aciertos de la obra es su capacidad para combinar rigor científico con un tono cálido y cercano. Sonia Fernández-Vidal no teme abordar las preguntas más desconcertantes: ¿De qué está hecho el universo? ¿Por qué la materia existe y no desaparece en un instante? ¿Es posible que existan otros mundos, otras versiones de nosotros mismos? Cada capítulo es una invitación a maravillarse, a cuestionar lo que damos por sentado y a descubrir que, en el fondo, todos somos exploradores en busca de respuestas. El libro no pretende ofrecer certezas absolutas, sino despertar la curiosidad y el deseo de aprender, convencido de que la ciencia es, ante todo, una aventura compartida.
Entre las citas más memorables de “Desayuno con partículas” destaca: “La realidad es mucho más extraña de lo que nuestra intuición nos permite imaginar.” Esta frase resume el espíritu del libro: la física cuántica desafía nuestros sentidos y nos obliga a repensar el mundo desde perspectivas insospechadas. Otra cita poderosa es: “En el universo cuántico, todo lo que no está prohibido es obligatorio.” Aquí, la autora alude a la naturaleza probabilística y sorprendente de las leyes físicas a escala subatómica, donde lo imposible es solo cuestión de probabilidades. Una tercera cita, cargada de asombro y humildad, dice: “La ciencia no es un conjunto de respuestas, sino un mapa de preguntas.” Esta reflexión invita al lector a abrazar la incertidumbre y a entender que el conocimiento es una búsqueda infinita, más valiosa por el viaje que por el destino.
Cada una de estas frases encapsula la esencia de “Desayuno con partículas”: la invitación a mirar el mundo con ojos nuevos, a aceptar que la realidad puede ser más compleja y fascinante de lo que jamás imaginamos, y a disfrutar del placer de aprender sin miedo al error o a la duda. El libro es una celebración de la curiosidad, el pensamiento crítico y la capacidad humana para maravillarse ante el misterio.
En definitiva, “Desayuno con partículas” es mucho más que un manual de física cuántica: es un homenaje a la ciencia como aventura intelectual y vital, una obra que logra hacer accesible lo inabarcable y que despierta en el lector el deseo de seguir preguntando, explorando y aprendiendo. Sonia Fernández-Vidal, con su prosa clara y entusiasta, demuestra que la física puede ser tan apasionante como una novela de aventuras y que, al final, todos estamos invitados a desayunar con partículas, a descubrir el universo en una taza de café y a saborear el misterio de la existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario