domingo, 10 de noviembre de 2013

EL ANTICRISTO, DE FEDERICO DE NIETZSCHE









El Anticristo es una de las últimas obras del filósofo alemán Federico de Nietzsche, escrita en 1888 pero publicada póstumamente en 1895. En este libro, Nietzsche realiza una crítica radical y provocadora del cristianismo y de la moral occidental, que considera como una forma de decadencia y negación de la vida. Nietzsche denuncia el cristianismo como una religión de esclavos, que promueve valores como la compasión, la humildad, la obediencia y la renuncia al mundo, en contraste con los valores de los señores, que son la fuerza, la nobleza, la libertad y la afirmación de la vida. Nietzsche sostiene que el cristianismo ha corrompido el mensaje original de Jesucristo, que era un ejemplo de vitalidad y salud, y lo ha convertido en una doctrina de resentimiento y culpa, representada por la figura de San Pablo y la Iglesia. Nietzsche también critica el concepto de Dios como una ilusión que ha muerto en la modernidad, dejando al hombre frente a la responsabilidad de crear sus propios valores y sentido. Nietzsche propone como alternativa al cristianismo el ideal del superhombre, que es aquel que se atreve a superar los límites impuestos por la moral tradicional y a expresar su voluntad de poder, que es el principio fundamental de la existencia.

Federico de Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, Prusia. Su padre fue un pastor luterano que murió cuando él tenía cinco años. Nietzsche se educó en un ambiente religioso y mostró desde joven un gran talento para la música y los idiomas. Estudió filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, donde se interesó por la filosofía de Arthur Schopenhauer. A los 24 años obtuvo la cátedra extraordinaria de filología clásica en la Universidad de Basilea, Suiza. Allí conoció y admiró al músico Richard Wagner, con quien luego rompería por sus diferencias ideológicas. Nietzsche participó brevemente en la guerra franco-prusiana, donde contrajo varias enfermedades que afectaron su salud. En 1879 renunció a su cátedra por motivos de salud y se dedicó a viajar y escribir sus obras filosóficas. Entre ellas se destacan Así habló Zaratustra, Más allá del bien y del mal, La genealogía de la moral y Ecce homo. En 1889 sufrió un colapso mental que lo dejó incapacitado hasta su muerte en 1900. Su obra fue manipulada por su hermana Elisabeth, que era simpatizante del nazismo, pero posteriormente fue revalorizada por pensadores como Martin Heidegger, Michel Foucault o Jacques Derrida.

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