Jaime Balmes fue un filósofo, teólogo, apologista, sociólogo y tratadista político español, nacido en Vic (Cataluña) en 1810 y fallecido en la misma ciudad en 1848. Fue un pensador original y profundo, que supo dialogar con su tiempo y responder a los desafíos intelectuales y sociales de su época. Su obra abarca diversos campos del saber, desde la matemática hasta la historia, pasando por la política, la economía, la religión y la filosofía. Entre sus obras más destacadas se encuentran El protestantismo comparado con el catolicismo (1842), El criterio (1843), Filosofía fundamental (1846), Filosofía elemental (1847) y Pío IX (1848). Fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1848, pero no llegó a tomar posesión. Pío XII lo llamó el Príncipe de la Apologética moderna.
El libro Ética es una obra breve pero densa, que forma parte de su Filosofía elemental. En ella, Balmes expone los principios y las aplicaciones de la ciencia que tiene por objeto la naturaleza y el origen de la moralidad. Su propósito es ofrecer un cuerpo de ciencia, resultado de un examen riguroso, que sirva de base para una moral práctica. Para ello, Balmes parte del concepto de bien, que define como aquello que satisface una tendencia natural o racional de nuestro ser. El bien moral es el que se refiere a la razón y a la libertad, y se distingue del bien físico o natural por su carácter obligatorio. El fin del bien moral es la perfección del hombre, que consiste en el desarrollo armónico de todas sus facultades.
Balmes sostiene que el criterio o norma del bien moral es el sentido común, entendido como el conjunto de verdades evidentes que se imponen a nuestra inteligencia y que forman el patrimonio común de la humanidad. El sentido común no es una facultad especial o distinta de la razón, sino su ejercicio ordinario y natural. El sentido común nos revela las leyes morales que rigen nuestra conducta, así como los deberes y derechos que se derivan de ellas. Estas leyes son universales e inmutables, aunque su aplicación pueda variar según las circunstancias.
Balmes dedica varios capítulos a analizar los deberes y derechos del hombre en relación con Dios, consigo mismo y con los demás. Entre los deberes para con Dios, destaca el de reconocer su existencia, su providencia y su revelación. Entre los deberes para consigo mismo, resalta el de conservar y perfeccionar su vida física, intelectual y moral. Entre los deberes para con los demás, subraya el de respetar su vida, su libertad, su propiedad y su reputación. Asimismo, Balmes explica los derechos que corresponden al hombre por su naturaleza racional y social, tales como el derecho a la existencia, a la verdad, a la educación, a la religión, a la asociación y a la participación política.
Balmes concluye su obra con una reflexión sobre las sanciones morales, es decir, las consecuencias que se siguen del cumplimiento o incumplimiento de las leyes morales. Estas sanciones pueden ser internas o externas, temporales o eternas. Las sanciones internas son las que afectan al estado moral del agente, produciendo satisfacción o remordimiento. Las sanciones externas son las que afectan al estado físico o social del agente, produciendo premio o castigo. Las sanciones temporales son las que se realizan en esta vida; las eternas son las que se realizan en la otra vida. Balmes defiende la existencia de una vida futura y de una retribución divina basándose en la razón natural y en la revelación cristiana.
Ética es un libro que muestra la profundidad y claridad del pensamiento de Balmes, así como su capacidad para sintetizar y ordenar los principios y las aplicaciones de la moral. Es una obra que invita a la reflexión y al diálogo, que ofrece una visión coherente y armónica de la moralidad, y que propone un ideal de perfección humana basado en el bien, la verdad y la libertad. Es un libro que, sin duda, merece ser leído y estudiado por todos los interesados en la filosofía y la ética.
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