martes, 15 de abril de 2025

VEINTITRÉS MAESTROS, DE CORAZÓN. UN SALTO CUÁNTICO EN LA ENSEÑANZA, por CARLOS GONZÁLEZ PÉREZ

  

VEINTITRÉS MAESTROS, DE CORAZÓN. UN SALTO CUÁNTICO EN LA ENSEÑANZA, por CARLOS GONZÁLEZ PÉREZ



Carlos González Pérez no es simplemente un pedagogo, es un visionario de la educación, un sembrador de conciencias despiertas en un terreno muchas veces adormecido por la rutina escolar. Nacido en España en 1959, su trayectoria vital y profesional ha estado marcada por una búsqueda constante de sentido, tanto en la enseñanza como en la vida. Maestro de primaria durante décadas, pero también físico de formación y, sobre todo, humanista de vocación, ha recorrido un camino poco convencional que lo ha llevado desde las aulas tradicionales hasta la exploración de una pedagogía profundamente transformadora. Su pensamiento se nutre de la ciencia y de la espiritualidad, del conocimiento racional y de la experiencia emocional, de la física cuántica y del amor incondicional. González Pérez ha sabido unir estos mundos aparentemente distantes para construir una propuesta educativa que no solo informa, sino que transforma, no solo instruye, sino que despierta.

Veintitrés maestros, de corazón. Un salto cuántico en la enseñanza es mucho más que un libro sobre educación: es una experiencia iniciática, una invitación a ver la escuela —y la vida— desde una perspectiva radicalmente nueva. En sus páginas, el autor narra una experiencia real y a la vez profundamente simbólica: la convivencia durante doce días con una clase de veintitrés niños de sexto de primaria, en la que se propone no enseñar desde los contenidos, sino desde el corazón. La obra, construida con la sencillez de quien ha llegado a lo esencial, pero con la profundidad de quien ha meditado cada paso, se convierte en un testimonio asombroso de lo que ocurre cuando se deja de domesticar el alma infantil para empezar a escucharla, cuando se confía en la inteligencia natural de los niños, cuando se abandona la jerarquía autoritaria para abrazar la horizontalidad del amor.

Lo más poderoso de este libro es su manera de entrelazar la vivencia pedagógica con un enfoque revolucionario del ser humano. Carlos González plantea que el verdadero aprendizaje solo es posible cuando hay conexión, cuando el aula se convierte en un espacio de resonancia emocional, cuando el maestro se despoja de su rol de controlador y se transforma en facilitador de un viaje interior. La noción de “salto cuántico” no se usa aquí como metáfora vacía, sino como una auténtica propuesta de cambio de paradigma: se trata de pasar de una educación basada en el miedo, la competencia y el adoctrinamiento, a una centrada en la confianza, la cooperación y la conciencia. Los veintitrés niños no son solo alumnos: son maestros, portadores de una sabiduría que el adulto muchas veces ha olvidado, y que solo puede redescubrir si aprende a mirar sin prejuicios, a escuchar sin juzgar, a estar presente sin imponer.

Esta obra conmueve, sacude, inspira. No se lee desde la razón únicamente, sino desde las fibras más íntimas del corazón. Es un canto a la posibilidad de una enseñanza que no aplasta, sino que libera, que no moldea, sino que acompaña. Carlos González nos recuerda, con una delicadeza que desarma, que la educación no debería consistir en llenar la mente, sino en encender el alma. Y que, tal vez, el mayor acto pedagógico que puede realizar un maestro es aprender a amar sin condiciones. Un libro que transforma a quien se atreve a leerlo con la mente abierta y el corazón dispuesto.



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