BESALÚ, por JOAN LÓPEZ

  

BESALÚ, por JOAN LÓPEZ

Joan López es una de las voces más destacadas de la literatura contemporánea en lengua catalana, un escritor cuya prosa combina la precisión del erudito con la sensibilidad del poeta. Nacido en Figueres en 1957, su trayectoria literaria ha sido marcada por una profunda conexión con el paisaje, la historia y la memoria de las comarcas gerundenses, territorios que ha explorado con mirada lúcida y estilo depurado. Galardonado con premios de prestigio como el Prudenci Bertrana y el Carles Rahola, su obra trasciende el localismo para abordar temas universales: el paso del tiempo, la identidad, el exilio interior y la persistencia de lo sagrado en lo cotidiano. Su escritura, a la vez lírica y rigurosa, lo sitúa en la tradición de autores como Josep Pla o Mercè Rodoreda, aunque con una voz singular que mezcla el costumbrismo modernizado con reflexiones filosóficas sutiles. Besalú, publicado por Quaderns de la Revista de Girona, es una muestra exquisita de su arte: un texto que oscila entre la crónica, el ensayo poético y la narración íntima, donde el pueblo medieval se convierte en metáfora de un viaje a las raíces.

En Besalú, Joan López teje un tapiz literario donde la villa milenaria, con sus puentes románicos y callejuelas sombrías, se erige en protagonista absoluta. Lejos de ser una guía turística o un mero ejercicio de nostalgia, el libro desentraña las capas de historia, mito y emoción que conforman el alma de este enclave del Empordà. López recorre sus piedras como un arqueólogo de lo invisible, descubriendo en los arcos de la judería los ecos de una convivencia perdida, en las aguas del Fluvià el reflejo de un tiempo cíclico, y en las fachadas austeras la huella de generaciones anónimas. Su prosa, tan evocadora como precisa, convierte cada descripción en una revelación: el olor a pan recién horneado en un horno del siglo XII, la luz dorada filtrándose en la iglesia de Sant Vicenç, el silencio de las plazas al amanecer, todo adquiere una dimensión casi mística.

Pero Besalú no es solo paisaje; es también un diálogo con los fantasmas literarios que habitaron esos rincones, desde Walter Benjamin hasta el legado sefardí, y una meditación sobre cómo la belleza arquitectural resiste —o sucumbe— a la mercantilización del mundo moderno. López alterna pasajes de una intensidad casi pictórica con digresiones sabias sobre el arte, la fe o la decadencia, sin caer nunca en lo academicista. El resultado es una obra hipnótica, donde el lector no visita Besalú, sino que lo habita, guiado por un autor que conoce el poder de las palabras para iluminar lo que el ojo no ve. Un libro que trasciende lo local para hablar, en última instancia, de cómo todos llevamos dentro un pueblo imposible, un lugar al que volver y que, paradójicamente, quizá nunca existió fuera de nuestros sueños.

La originalidad de Besalú radica en su enfoque: no es historia ni literatura de viajes, sino una experiencia sensorial y intelectual de un espacio. López logra lo que solo los grandes escritores consiguen: convertir lo particular en universal, haciendo que una pequeña ciudad medieval se convierta en espejo de las preguntas esenciales del ser humano. Destacan especialmente los pasajes sobre la judería —donde la memoria del exilio se torna contemporánea— y las reflexiones sobre la luz del Empordà, tratada como un personaje más. Un libro para leer con calma, subrayando frases, y que deja una huella duradera, como la piedra de Besalú tras siglos de lluvia y viento.

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PUENTE DE BESALÚ DESTRUIDO POR LAS TROPAS REPUBLICANAS EN SU HUIDA Y RECONSTRUIDO BAJO EL RÉGIMEN DEL GENERAL FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE: