lunes, 2 de junio de 2025

EL RETO DEL LIBERALISMO Y LA REVOLUCIÓN, por DONOSO CORTÉS

 

EL RETO DEL LIBERALISMO Y LA REVOLUCIÓN, por DONOSO CORTÉS


Juan Donoso Cortés, marqués de Valdegamas, nació en 1809 en Valle de la Serena, en la provincia de Badajoz, España. Desde muy joven demostró un talento precoz para las letras y el pensamiento, formándose en Derecho en las universidades de Salamanca y Sevilla. Su vida estuvo marcada por una intensa actividad intelectual y política: fue diputado, senador, embajador y consejero de la reina Isabel II. En su juventud, Donoso se identificó con los ideales liberales, pero las convulsiones políticas y sociales de la Europa del siglo XIX, especialmente las revoluciones de 1848, lo llevaron a una profunda transformación espiritual y filosófica. Tras la muerte de su esposa y de su hija, Donoso experimentó una conversión religiosa que lo apartó del liberalismo y lo llevó a convertirse en uno de los más brillantes y radicales defensores del pensamiento contrarrevolucionario y ultramontano. Su obra, admirada y temida en igual medida, influyó poderosamente en los círculos conservadores europeos y lo consagró como uno de los grandes pensadores políticos de su tiempo.

"El reto del liberalismo y la revolución" es una obra fundamental para comprender la evolución del pensamiento político europeo en el siglo XIX. Escrito en un momento de crisis y agitación, el libro es tanto una denuncia como una advertencia: Donoso analiza con agudeza el avance del liberalismo, la secularización y el socialismo, a los que considera responsables de la disolución de los fundamentos morales y políticos de la sociedad. Para él, la crisis de Europa no es solo política, sino sobre todo espiritual: la pérdida de la fe católica ha dejado a los pueblos indefensos ante la tiranía de la razón, la arbitrariedad de la voluntad y el caos revolucionario. Frente a la promesa de libertad y progreso de los liberales, Donoso opone la necesidad de autoridad, orden y sumisión a los principios inmutables de la Iglesia.

Uno de los ejes centrales del libro es la teoría del “paralelismo histórico”, según la cual cuanto más religiosa y moralmente disciplinada es una sociedad, menos necesita de represión política; pero cuando la fe se debilita, aumentan el control estatal, la policía y la dictadura. Donoso sostiene que el verdadero dilema de su tiempo no es entre libertad y dictadura, sino entre dos tipos de dictadura: la del gobierno legítimo, que puede preservar el orden, y la de la insurrección revolucionaria, que conduce a la anarquía y el terror. Su visión es profundamente pesimista: considera que el avance del despotismo moderno es inevitable y que solo un retorno a los valores católicos y la restauración de la autoridad tradicional podrían ofrecer una esperanza.

El libro es un alegato apasionado contra el optimismo ilustrado y la fe ciega en el progreso. Donoso denuncia la ingenuidad de quienes creen que la libertad puede sobrevivir sin un fundamento religioso sólido, y advierte que la modernidad, al romper los lazos con la tradición, prepara el terreno para nuevas formas de tiranía. Su estilo es denso, vehemente y retóricamente brillante, impregnado de un sentido trágico de la historia. El lector queda atrapado por la fuerza de sus argumentos y la gravedad de sus advertencias. Donoso no es un simple reaccionario: es un pensador que, desde la experiencia de la crisis, busca comprender las raíces profundas del malestar moderno y ofrecer una salida, aunque sea a costa de renunciar a los ideales de libertad y democracia que él mismo defendió en su juventud.

Entre las ideas más destacadas del libro está la crítica a la neutralidad del Estado liberal, al que acusa de ser incapaz de dar sentido a la vida pública y de proteger a la sociedad de los peligros del nihilismo y la revolución. Para Donoso, el liberalismo es una doctrina vacía, que termina por ceder ante la violencia de las pasiones y la arbitrariedad de los poderes fácticos. Su defensa de la dictadura no es una apología del autoritarismo, sino una respuesta desesperada ante lo que percibe como el colapso de la civilización. En este sentido, Donoso anticipa muchos de los debates que marcarán el pensamiento político europeo en los siglos XIX y XX, desde la crítica a la democracia de masas hasta la reflexión sobre el papel de la religión en la vida pública.

Algunas de las citas más memorables de Donoso Cortés ilustran la profundidad y radicalidad de su pensamiento. Una de las más célebres es: “El dilema no se plantea entre la libertad y la dictadura, pues en tal caso, yo optaría por la primera. El dilema se plantea entre la dictadura del gobierno y la dictadura de la insurrección, entre la dictadura del sable y la dictadura del puñal.” Esta frase resume el núcleo de su diagnóstico: en tiempos de crisis, la sociedad solo puede elegir entre dos males, y la autoridad legítima es preferible al caos revolucionario. Otra cita significativa es: “Cuanto más religiosa es una sociedad, menos necesita de represión exterior; cuanto menos religiosa, más necesita de policía y de control.” Aquí Donoso expresa su convicción de que la moralidad interna es la mejor garantía del orden social, y que la secularización solo puede conducir al aumento de la coacción estatal. Finalmente, su advertencia sobre el futuro de Europa resuena con fuerza: “No creo que la tendencia vaya a invertirse en un futuro, y que la religiosidad venza al proceso secularizador de la modernidad, aumentando así, según él, el despotismo y la tiranía.” Esta frase revela el profundo pesimismo de Donoso, que ve en la modernidad una marcha inexorable hacia la pérdida de libertad y el triunfo de la tiranía.

Estas citas, lejos de ser simples consignas, encierran una reflexión profunda sobre la fragilidad de la libertad, la necesidad de una base moral para la vida política y los peligros de la descomposición social. Donoso Cortés, con su prosa apasionada y su lucidez trágica, invita al lector a mirar más allá de las apariencias y a preguntarse por los fundamentos últimos de la convivencia humana. "El reto del liberalismo y la revolución" es, en definitiva, una obra que desafía, provoca y obliga a pensar, tanto a quienes comparten sus premisas como a quienes las rechazan. Su vigencia, más de siglo y medio después, es testimonio de la fuerza y la actualidad de sus intuiciones.




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