300 HISTORIAS DE PALABRAS, por JUAN GIL
Juan Gil, filólogo, historiador y catedrático emérito de Filología Latina en la Universidad de Sevilla, nació en 1942 en Madrid. A lo largo de su dilatada carrera académica, ha sido reconocido por su rigor en el estudio de textos clásicos y medievales, así como por sus investigaciones en historia de la lengua. Formado en Filología Clásica, se ha distinguido tanto por su labor docente como por sus publicaciones en el ámbito de la lengua latina, la lexicografía histórica y la historia cultural de España. Es miembro de la Real Academia Española y ha recibido numerosos galardones, entre ellos el Premio Nacional de Historia de España por sus ediciones críticas de textos fundamentales de los siglos XVI y XVII. Entre sus obras más destacadas figuran estudios sobre la Inquisición, la literatura de los humanistas españoles y la recepción de los clásicos en la Edad Moderna.
Su libro 300 historias de palabras es una obra divulgativa que entrelaza con brillantez el conocimiento filológico con el gusto por el relato. Está compuesto por trescientas pequeñas narraciones que exploran el origen, la evolución y las curiosidades de palabras del español, muchas de ellas con raíces en el latín, el griego u otras lenguas, pero también con sorprendentes derivas populares o equívocos históricos. Cada historia es una ventana a la riqueza cultural y al dinamismo del lenguaje, contada con erudición, pero también con humor, ironía y un tono accesible al lector no especializado.
El libro no sigue una trama, ya que no se trata de una obra de ficción, sino de un conjunto de textos breves con estructura casi independiente, aunque unidos por el hilo conductor del amor al lenguaje. En sus páginas, desfilan términos como “chapuza”, “idiota”, “candidato”, “bárbaro” o “trabajo”, cuyas historias reflejan transformaciones culturales, influencias históricas y anécdotas que revelan mucho más que su definición actual. Gil muestra, por ejemplo, cómo “trabajo” proviene del latín tripalium, un instrumento de tortura, lo cual da cuenta de la connotación de esfuerzo y sufrimiento que aún conserva la palabra.
A lo largo del libro, el autor se detiene en expresiones que usamos cotidianamente sin pensar en su origen, y logra que el lector se sorprenda al descubrir que muchas veces lo familiar esconde siglos de historia. Uno de los pasajes más representativos es aquel en el que explica la palabra “bobo”, que proviene del latín balbus, tartamudo, y cómo fue transformándose en su significado hasta adquirir el matiz actual de ingenuo o tonto. También resulta reveladora la historia del vocablo “candidato”, que procede de la toga blanca (candida) que vestían los aspirantes a cargos públicos en Roma, símbolo de pureza y honestidad, lo que contrasta irónicamente con la percepción actual de los políticos.
El estilo de Juan Gil combina la precisión del erudito con la agilidad del narrador. Sus comentarios no sólo ilustran el origen de las palabras, sino que también invitan a reflexionar sobre el poder del lenguaje como herramienta de pensamiento, identidad y memoria colectiva. Lejos de ser un simple diccionario etimológico, el libro se convierte en una suerte de paseo por la historia cultural de Europa y del mundo hispánico, todo ello a través del prisma de las palabras.
La recepción del libro ha sido muy positiva tanto por parte de la crítica especializada como del público general. Ha sido valorado por su capacidad para hacer accesible un conocimiento profundo sin caer en la pedantería, y por haber logrado que la filología —una disciplina tradicionalmente percibida como árida— se convierta en materia de disfrute. 300 historias de palabras es un homenaje a la lengua española y una invitación a redescubrirla con asombro, guiados por uno de los filólogos más respetados de nuestro tiempo.
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