lunes, 14 de abril de 2025

LA VIDA DE JESÚS, por ERNESTO RENAN

   

LA VIDA DE JESÚS, por ERNESTO RENAN

Ernest Renan, nacido en 1823 en la brumosa Bretaña francesa, fue un erudito cuya mente incandescente iluminó los debates de su siglo. Hijo de un comerciante y una madre piadosa, su infancia estuvo marcada por la fe católica, pero su ingreso al seminario de Saint-Sulpice despertó en él una sed de cuestionamiento que lo alejó de la sotana hacia los vastos dominios de la filosofía, la historia y la filología. Formado en lenguas semíticas y en el rigor de las universidades parisinas, Renan se convirtió en un titán del pensamiento, capaz de desentrañar textos antiguos con la precisión de un cirujano. Su nombramiento como profesor en el Collège de France en 1862 desató una tormenta: su enfoque racionalista sobre la religión lo enfrentó a la Iglesia, que lo acusó de herejía. Exiliado temporalmente en el Líbano, donde escribió parte de su obra maestra, Renan regresó para consolidarse como autor de libros que, como La vida de Jesús, desafiaron dogmas y abrieron ventanas al entendimiento humano. Fallecido en 1892, su legado es el de un hombre que navegó entre la fe y la razón, dejando tras de sí un eco que aún resuena.


La vida de Jesús, publicada en 1863, es un lienzo audaz donde Ernest Renan pinta al Nazareno no como un dios intocable, sino como un hombre de carne y hueso, inmenso en su humanidad. Con la delicadeza de un poeta y el bisturí de un historiador, el autor reconstruye la Palestina del siglo I, un crisol de fervor religioso y opresión romana, para situar a Jesús como un profeta cuya voz encendió corazones. Lejos de los milagros sobrenaturales, Renan nos muestra a un joven carpintero de Galilea, tocado por una chispa de genio moral, que predicó el amor y la justicia con palabras que cortaban como el viento del desierto. El libro traza su camino desde las orillas del Jordán hasta la cruz, despojando los evangelios de su halo divino para revelar un mensaje universal, tejido con parábolas y actos de compasión. Renan no escribe para desacreditar la fe, sino para destilar su esencia: Jesús emerge como un reformador que desafió a los poderosos y abrazó a los olvidados, un soñador cuya muerte no apagó su luz. La prosa, rica en matices, envuelve al lector en paisajes de olivos y mercados bulliciosos, mientras explica con claridad cómo las leyendas crecieron en torno al hombre. Controversial en su tiempo, esta obra no solo marcó un hito en los estudios bíblicos, sino que sigue siendo un canto a la belleza de lo humano, un retrato que invita a mirar a Jesús con ojos nuevos, como si lo viéramos caminar por primera vez.






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