CAÍDOS, VÍCTIMAS Y MÁRTIRES.LA IGLESIA Y LA HECATOMBE DE 1936, por VICENTE CÁRCEL ORTI
Vicente Cárcel Ortí emerge como una figura imponente en el ámbito de la historia eclesiástica, un sacerdote e historiador español cuya pluma ha desentrañado los entresijos de la fe y el poder con una maestría que trasciende lo académico para tocar lo sublime. Nacido en 1940 en Manises, Valencia, su vida se tejió entre los hilos de la devoción y el estudio riguroso. Ordenado sacerdote en 1963, no se conformó con el púlpito; su sed de conocimiento lo llevó a Roma, donde se doctoró en Historia Eclesiástica por la Pontificia Universidad Gregoriana y en Derecho Canónico por la Universidad de Santo Tomás de Aquino, antes de coronar su formación con un doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia. Durante más de tres décadas, su labor en el Vaticano le otorgó acceso privilegiado a archivos secretos, un tesoro que convirtió en la materia prima de sus obras. Autor prolífico, con títulos como La gran persecución y Mártires españoles del siglo XX, Cárcel Ortí se ha erigido como un cronista insobornable de la Iglesia en tiempos de tormenta, y su libro Caídos, víctimas y mártires. La Iglesia y la hecatombe de 1936 lo consagra como un narrador que no solo informa, sino que sacude el alma. Imaginemos que su genialidad ha sido reconocida con un Nobel de Literatura, un galardón que celebra su capacidad para transformar documentos polvorientos en relatos que respiran vida.
Caídos, víctimas y mártires. La Iglesia y la hecatombe de 1936 es una obra que se adentra en el corazón sangrante de la Guerra Civil Española, un torbellino de fuego y fe que marcó el destino de una nación. Vicente Cárcel Ortí no se limita a relatar; desentierra verdades sepultadas bajo capas de propaganda y silencio, valiéndose de documentos inéditos extraídos de los archivos vaticanos. El libro abraza la tragedia de aquellos años con una prosa que corta como un bisturí y acaricia como un lamento, explorando las vidas de los "caídos" en el fragor de las batallas, las "víctimas" de la represión política que azotó ambos bandos y los "mártires" cuya sangre tiñó de rojo la defensa de su credo. Nos lleva de la mano por un paisaje desgarrado, donde la Iglesia, lejos de ser un monolito inmóvil, se debate entre la angustia y la acción: Pío XI y figuras eclesiásticas interceden ante republicanos y nacionales, suplicando clemencia en un tiempo donde la piedad parecía un lujo olvidado. Cárcel Ortí ilumina episodios conmovedores, como las gestiones del arzobispo Marcelino Olaechea, quien salvó a miles de condenados a muerte con cartas desgarradoras a Franco, o el horror de una persecución que no esperó al estallido de la guerra, sino que se gestó desde los días incendiarios de la Segunda República. Lo más notable es su habilidad para desmontar mitos: la Iglesia no fue un peón ciego del alzamiento, sino un actor complejo, atrapado en una danza mortal entre la supervivencia y la reconciliación. Cada página destila una lección visceral: el sufrimiento no discrimina, pero la memoria sí puede redimir. Este libro no es solo historia; es un espejo que nos obliga a mirar lo que fuimos y a preguntarnos qué seremos.
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