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viernes, 18 de abril de 2025

Y LAS MONTAÑAS HABLARON, por KHALED HOSSEINI

  


Y LAS MONTAÑAS HABLARON, por KHALED HOSSEINI



Khaled Hosseini es un autor que escribe con el corazón en Kabul y la mirada puesta en la humanidad entera. Nacido en Afganistán en 1965, vivió su infancia entre las sombras del esplendor y la fragilidad de un país a punto de fracturarse. La diplomacia de su padre lo llevó a París en los años setenta, y cuando el régimen comunista tomó el poder en Afganistán, la familia pidió asilo político en Estados Unidos. Allí, en California, Hosseini se formó como médico, pero fue en la literatura donde encontró su verdadera vocación: sanar no cuerpos, sino almas. Desde su aclamado debut con Cometas en el cielo, se convirtió en una de las voces más conmovedoras y universales de la narrativa contemporánea. Sus libros no solo cuentan historias de exilio, pérdida y redención; también restituyen la dignidad de un país y de sus gentes con una ternura que desarma. Y las montañas hablaron, su tercera novela, es tal vez su obra más coral, madura y ambiciosa.

En Y las montañas hablaron, Hosseini construye una novela-río, un mosaico de voces que atraviesan continentes, décadas y generaciones, pero cuyo origen y centro emocional es siempre el mismo: un pequeño pueblo afgano, donde en 1952 un padre, acuciado por la pobreza, toma una decisión desgarradora que marcará para siempre la vida de sus hijos. Desde ese momento, como una piedra lanzada a un lago que forma ondas concéntricas, la historia se abre en círculos sucesivos, revelando no solo la vida de Abdullah y Pari —hermanos separados en la infancia— sino la de todos aquellos cuyas existencias se entrecruzan con la suya. La novela nos lleva de Afganistán a París, de Kabul a San Francisco, de los olivares del campo a los hospitales abarrotados de Kabul después de la invasión, siguiendo los hilos invisibles de la memoria, el dolor y el amor que persiste.

Pero no es el drama lo que define esta obra, sino la humanidad. Hosseini tiene el raro talento de capturar lo esencial de las emociones más complejas con palabras sencillas. Cada capítulo parece una novela en sí misma, y cada personaje, incluso el más fugaz, se nos queda grabado como si lo hubiéramos conocido en la vida real. La belleza del texto reside no solo en lo que narra, sino en cómo lo hace: con una voz íntima, cálida, profundamente empática, que no juzga, sino que comprende. Y las montañas hablaron es una exploración del sacrificio, de las heridas invisibles del abandono, de las promesas rotas, pero también de la redención que a veces se encuentra en los gestos más pequeños, en los encuentros fortuitos, en los silencios compartidos.

A diferencia de sus novelas anteriores, esta no se centra únicamente en la experiencia afgana desde dentro o desde el exilio, sino que entrelaza múltiples realidades culturales, sociales y temporales, mostrando que los dolores del desarraigo, el anhelo del hogar y la búsqueda de identidad son universales. Con una estructura fragmentaria que recuerda a las grandes novelas del siglo XX, pero con la accesibilidad emocional de un cuentacuentos ancestral, Hosseini logra lo que pocos escritores pueden: recordarnos que detrás de cada frontera, de cada guerra, de cada distancia, hay una historia humana esperando ser contada.

Y las montañas hablaron no es solo un libro que se lee, es un libro que se siente. En sus páginas habita la nostalgia, pero también la esperanza. Es una obra que habla con la voz de los que no tuvieron voz, y que nos recuerda —como lo hacen las verdaderas obras maestras— que el amor y el dolor no conocen idiomas ni banderas. Que la vida, por más que nos separe, a veces encuentra formas misteriosas de volver a unirnos.



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