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lunes, 16 de junio de 2025

MIL MESETAS. CAPITALISMO Y ESQUIZOFRENIA, por GILLES DELEUZE y FÉLIX GUATTARI

  


MIL MESETAS. CAPITALISMO Y ESQUIZOFRENIA, por GILLES DELEUZE y FÉLIX GUATTARI

 



Gilles Deleuze y Félix Guattari conforman una de las duplas intelectuales más provocadoras y creativas de la filosofía contemporánea. Deleuze, nacido en París en 1925, fue un filósofo de imaginación desbordante, capaz de reinventar los conceptos clásicos y de crear otros nuevos para entender el mundo. Su obra abarca desde la historia de la filosofía hasta la estética, el cine y la política, siempre con el impulso de pensar la diferencia, la multiplicidad y el devenir. Su vida, marcada por la pasión por la enseñanza y la escritura, lo llevó a ocupar un lugar central en el pensamiento francés del siglo XX, siendo admirado por su capacidad para desafiar las convenciones y abrir nuevos caminos para la reflexión.

Félix Guattari, nacido en 1930, fue un psicoanalista y militante político, profundamente involucrado en la transformación de la psiquiatría y en los movimientos sociales de su tiempo. Trabajó en la clínica de La Borde, donde desarrolló prácticas innovadoras que rompían con la rigidez institucional, apostando por una psiquiatría abierta, colectiva y experimental. Además de su labor clínica, Guattari fue un pensador inquieto, siempre dispuesto a cuestionar las estructuras de poder y a imaginar formas de vida más libres y creativas. Su encuentro con Deleuze, a finales de los años sesenta, dio lugar a una colaboración que revolucionó la filosofía, la psicología y la crítica social.

Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, publicado en 1980, es el segundo volumen de la serie que ambos autores comenzaron con El Anti-Edipo. Esta obra se presenta como un libro radicalmente distinto a cualquier tratado filosófico tradicional. Estructurado en capítulos llamados “mesetas”, cada uno explora un tema, un concepto o una problemática desde una perspectiva múltiple y no lineal. El libro rechaza la estructura jerárquica y secuencial, proponiendo en cambio el modelo del rizoma: una red de conexiones donde cualquier punto puede enlazarse con cualquier otro, sin centro ni periferia, sin principio ni fin. Esta estructura rizomática es tanto una propuesta teórica como una forma de resistencia frente a los modos de pensamiento autoritarios y centralizados.

En Mil Mesetas, Deleuze y Guattari despliegan un arsenal conceptual que ha influido profundamente en las ciencias sociales, la teoría política, la literatura, el arte y la crítica cultural. El rizoma, como figura central, desafía la lógica del árbol genealógico, de las raíces y de las jerarquías, invitando a pensar la realidad como una multiplicidad en constante transformación. Las líneas de fuga representan las posibilidades de escape, de invención y de resistencia frente a las fuerzas que buscan fijar y controlar la vida. La cartografía, otro concepto clave, sugiere la necesidad de crear mapas flexibles y abiertos para orientarse en un mundo complejo y cambiante, sin pretender capturarlo o reducirlo a un solo modelo.

El libro también introduce la noción de agenciamiento, que describe las formaciones dinámicas y colectivas que surgen de la interacción entre elementos heterogéneos. Frente a la visión tradicional del individuo o de la sociedad como entidades fijas, Deleuze y Guattari proponen pensar en términos de procesos, ensamblajes y relaciones en constante movimiento. En este sentido, Mil Mesetas es una invitación a experimentar con nuevas formas de organización, de pensamiento y de vida, más allá de las categorías establecidas.

Uno de los aportes más revolucionarios de la obra es su crítica al capitalismo y a las formas de subjetividad que este produce. Deleuze y Guattari analizan cómo el capitalismo captura los deseos, los flujos y las potencias de la vida, canalizándolos hacia la producción y el consumo. Sin embargo, también muestran que siempre existen líneas de fuga, posibilidades de desvío y creación que escapan al control del sistema. La máquina de guerra nómada, en contraste con el aparato estatal, simboliza la fuerza de lo marginal, lo nómada, lo que no puede ser completamente domesticado ni sometido.

Mil Mesetas no ofrece respuestas cerradas ni teorías acabadas. Es un libro que se resiste a ser resumido o explicado de manera definitiva. Su estilo fragmentario, experimental y a veces críptico, busca provocar al lector, invitarlo a pensar por sí mismo, a trazar sus propios mapas y a encontrar sus propias líneas de fuga. Es una obra que exige y recompensa la atención, la curiosidad y la apertura a lo nuevo.

Entre las citas más memorables del libro, destaca: “No hay diferencia entre lo que un libro dice y la manera en que está hecho. Un libro no tiene objeto ni sujeto; está hecho de materias diversas, de muy diferentes naturalezas, que no tienen relación con un libro: líneas de música, líneas de dibujo, líneas de escritura, líneas de lo real, líneas de lo imaginario”. Esta frase resume la concepción rizomática del libro: no es un objeto cerrado, sino un conjunto de líneas y materiales heterogéneos que se cruzan y se transforman mutuamente. El libro, como la vida, es un proceso abierto, un agenciamiento en constante devenir.

Otra cita fundamental es: “El pensamiento sólo se hace en la inmanencia. La inmanencia absoluta es nuestra única causa, nuestro único efecto, nuestro único sujeto”. Aquí, Deleuze y Guattari subrayan la importancia de pensar desde dentro de los procesos, sin recurrir a fundamentos externos o trascendentes. El pensamiento es un acontecimiento que surge de la inmanencia, de la vida misma, y no de un más allá abstracto.

Finalmente, la frase: “Hacer rizoma y no raíz, nunca una raíz, ni tampoco un rizoma-radícula”, sintetiza la apuesta por la multiplicidad y la conexión frente a la jerarquía y la unicidad. Es una invitación a pensar y a vivir de manera rizomática, a crear redes, alianzas y agenciamientos inesperados, a resistir las fuerzas que buscan fijar y controlar la existencia.

Mil Mesetas es, en definitiva, una obra mayor de la filosofía contemporánea, un libro que desafía, inspira y transforma. Su influencia se extiende mucho más allá de la teoría, llegando a la práctica política, el arte, la educación y la vida cotidiana. Leerlo es adentrarse en un territorio de experimentación, de apertura y de creación colectiva, donde cada lector puede encontrar sus propias mesetas, sus propias líneas de fuga y sus propios mapas para orientarse en la complejidad del mundo actual.



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